«Con la seguridad de nuestros hijos no se juega». Ese era uno de los eslóganes que ayer portaban en cartulinas los padres de alumnos del CEIP Altamira frente al propio centro cuando estaban a punto de comenzar las clases. Las familias mostraron su total rechazo a la reforma que pretende realizar la Dirección Provincial de Educación para instalar casi inmediatamente dos nuevas aulas, para niños de 1 a 2 años y de 2 a 3, lo cual eliminará espacios como la nueva clase de música o el gimnasio, recortará el patio y, por supuesto, obligará a que los jóvenes convivan con las propias obras.

Pero los padres y madres de alumnos del CEIP Altamira no solo mostraron su descontento alzando unos rotundos mensajes, sino que también emprendieron una recogida de firma que en un solo día recabó en torno a 300 apoyos. Y eso que acababan de comenzar, ya que hoy volverán a estar con el listado tanto a la entrada como a la salida de las clases para que quienes falten por apoyar la causa puedan hacerlo. Tras completar ese trámite, su intención pasa por mandar un escrito a la Dirección Provincial de Educación a fin de que frene el polémico proyecto.

Así lo cuenta la presidenta de la Asociación de Madres y Padres, Verónica. Según relata, opinan que «las obras no favorecen en absoluto al colegio ni a los niños» (...).

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