Afrontar entrevistas cara a cara en las que presentarse, narrar brevemente su historia y defender con pasión por qué deben ser los elegidos… para optar a las pruebas de cámara en las que desplegar lo mejor de sí mismos y tratar de seguir adelante en un proceso que podría culminar en el umbral de la casa de Guadalix de la Sierra. La hora de la verdad ha llegado para un importante número de los más de 85.000 candidatos inscritos en el casting aún abierto para participar en la próxima edición de Gran Hermano, que llegará la próxima temporada a Mediaset con Jorge Javier Vázquez al frente de las galas y Ion Aramendi en los debates.
El formato producido en colaboración con Zeppelin acaba de iniciar la fase presencial del casting para elegir a los próximos protagonistas de la vida en directo con más de 500 candidatos citados.
Un nutrido y heterogéneo grupo de aspirantes que afrontan con la máxima ilusión un momento que llevaban mucho tiempo esperando: tener la oportunidad de sorprender, conquistar y convencer al equipo casting de que son merecedores de una de las plazas para entrar en la casa y optar al máximo premio en juego en un reality show en nuestro país: 300.000 euros.
Desde que se anunció el pasado 24 de abril la apertura del casting en la web oficial, más de 85.000 candidatos se inscribieron en un proceso que llegó a generar tal avalancha de inscripciones cumplimentadas que en un momento determinado llegó incluso a colapsar momentáneamente el sistema.
Los aspirantes a participar en la próxima edición, que se estrenará coincidiendo con el 25º aniversario del lanzamiento internacional del formato, tienen entre 18 y 81 años de edad; desempeñan oficios de lo más dispares, desde sanitarios y agricultores hasta profesionales de la peluquería y la atención al cliente, aunque también hay personas en situación de desempleo; representan todo tipo de niveles educativos aunque destacan también los que cuentan con estudios superiores y algunos candidatos con altas capacidades intelectuales. Para la mayoría se trata de su primer casting y, por lo tanto, la primera vez que se sitúan ante una cámara.
Entre ellos, es relevante el número de personas casadas y con hijos, que rondaban los 20 años cuando se estrenó el formato, y familiares a los que les gustaría participar juntos. También llaman la atención los reincidentes, los que no se dan por vencidos. Uno de ellos se ha vuelto a presentar tras quedarse a las puertas en la última edición, en un proceso en el que no obtuvo una plaza, pero a cambio logró formar una familia: llegó a casarse con una candidata con la que compartía cola y hoy día son padres de dos niñas.