Diario de Burgos
Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Ya está

19/06/2023

Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación dan la matraca con la EBAU, lo que antes era la Selectividad, por si no está usted en la pomada. Este periódico, por ejemplo, sacó el sábado, como es costumbre, a los dos alumnos con mejor nota en la provincia. Y si uno no ha de presentarse o no tiene en casa a alguien que ha de hacerlo, son informaciones a las que no presta excesiva atención. Pero ¡ay! si, por ejemplo, es usted el padre o madre de uno/a de estos alumnos… Seguro que no ha perdido comba en un año en el que la vida ha estado presidida por palabras como 'estándares' (que todavía no tengo muy claro lo que es), por conceptos como que la máxima nota no es 10 sino 14, una sucesión de exámenes en cadena que parecía no tener fin, un estado de nervios permanente, dudas sobre si presentarse solo a las obligatorias o a cuál optativa… Y eso sin entrar a debatir sobre qué se va a estudiar después.

Y a lo largo del curso, en los momentos más oscuros, en los instantes de flaqueza, parecía que este momento no iba a llegar nunca, que no se sería capaz… No exagero ni caigo en el melodrama o el folklore, es un año que tiene su cosa para una familia, un punto en el que de alguna manera todos estamos metidos en lo mismo. Y, a medida que se acerca el desenlace, el examen, es todo eso pero por mil.

Pero, como todo lo bueno y malo de la vida, Segundo de BACH, la EBAU y toda esta vaina se pasa. El examen, como decía sabiamente mi abuela Pilar, «es peor pensarlo que pasarlo», los tres días empiezan y acaban y, normalmente, lo hacen bien.

En una especie de metáfora fantástica, este año, las notas de la EBAU salieron el viernes, el día del Curpillos. A las diez de la mañana, los implicados andaban actualizando su móvil en busca del resultado. Y con las mismas, una vez vistas, al Parral, a celebrar, a disfrutar de la fiesta, a cortar la cinta de uno de los veranos con mayúsculas de la vida, quizás del mejor. ¿Recuerda su verano de los 18? Yo, sí.

Y ya está, pasó, lo superaron ellos e, insisto, sus familias. Solo queda felicitar a todos por el esfuerzo y que lo gocen, que expriman estos meses la vida. Felicidades, a Candela y a todos los demás.

Salud y alegría.