A algo más de dos kilómetros de Cebrecos, entre tierras de labranza y a la sombra de algunas sabinas, emerge la ruinosa ermita de San Vicente. Un singular ejemplo de arte románico con nave rectangular y ábside recto en una clara referencia a la tradición visigoda, como también lo es que este último se constituya como un lugar más íntimo y aislado prácticamente de la nave por un estrecho vano. Fue construida alrededor del siglo XII usando la antigua técnica de mortero de cal y arena y su desuso acabó provocando su debacle, que culminó con el hundimiento de su cubierta hace medio siglo.

Pero los peores días de este coqueto templo han llegado a su fin, o eso es lo que pretenden desde la Asociación Cultural Planeta Gallarero y un grupo de vecinos de Cebrecos, que están dando los primeros pasos para recuperar no solo el edificio, sino también los usos que se le daban antiguamente, litúrgicos, festivos y quizá algunos nuevos que pueda acoger una vez que esté rehabilitada. Ahora están inmersos en la fase de recopilación de documentación para un proyecto que comenzará por consolidar esos muros, muy deteriorados por las filtraciones que ha sufrido desde que el tejado se vino abajo.

«Empezaremos por un análisis de la cal y la arena que se usó, que seguro que la obtuvieron del entorno próximo, para poder así utilizar los materiales más similares posibles en su rehabilitación», explica Luis García Araúzo, secretario de la asociación, que mantiene que el templo también supone un importante valor patrimonial por la forma en la que se construyó. «La técnica de cal y arena se usaba mucho en Segovia y Soria, pero en Burgos solo hay tres ejemplos en edificios religiosos: San Vicente, otro entre Castrillo Solarana y Quintanilla del Agua, y un tercero próximo a Santa Cecilia», comenta el joven tras visitar las tres, cerca de Cebrecos, para comprobar esa singularidad.

La intención de los promotores de la recuperación es colocar después una nueva cubierta, para evitar que el agua siga penetrando. «También queremos instalar una puerta para cerrarla», detallan desde la asociación, cuyo objetivo pasa por poder dotar de utilidad al edificio cuando concluya la reforma. Por eso, además de investigar sobre aspectos arquitectónicos, también están estudiando las fiestas que en torno a ella se celebraban, para intentar que vuelvan a este lugar. «Antes se iban cantando letanías por San Marcos, y en septiembre se celebraba la fiesta de Acción de Gracias, que después pasó a tener lugar en el pueblo y ahora nos gustaría que regresara a su sitio original», comenta Luis, que recuerda que también existió una romería a la que acudían los vecinos de Nebreda, que igualmente sientes como parte de su cultura esta ermita.

prerromano. Para completar la actuación, los vecinos y miembros de la asociación consideran necesario poder desarrollar campañas arqueológicas en el entorno de la ermita, en el conocido como antiguo poblado de Maluca. «Tiene que ser prerromano porque cuando se han arado las tierras se han encontrado restos de cerámica romana. Hay constancia de que estuvo habitado hasta los siglos X-XI como mínimo», relata Luis García, que afirma que les gustaría poder excavar para seguir conociendo más sobre este paraje.

Cuando tengan el proyecto redactado lo presentarán a los ayuntamientos de Cebrecos y Nebreda y al Arzobispado, propietario del templo. Para poder actuar y obtener financiación intentarán acudir a convocatorias de subvenciones. Y buscarán conseguir dinero con medios propios. «Con la organización de algún concierto o la venta de productos», cuentan desde la asociación, que en función de la intervención final valorarán la posibilidad o no de llevar a cabo un micromecenazgo.

Este proyecto más ambicioso nació de las II Jornadas de Patrimonio Rural que la asociación organizó hace unos días para seguir con la acción divulgativa de dar a conocer ese patrimonio que coexiste con los habitantes de los pueblos y que en muchas ocasiones está en riesgo de pérdida. Desde el colectivo presentaron su iniciativa para hacer un análisis de la arena y de la cal y proceder a la consolidación de los muros, pero se dejó de lado para acometer otro más completo.