Los músicos Café Quijano, el humorista Leo Harlem o el periodista Carlos Herrera son tres de los mecenas del concurso de pintura Camarote Madrid, que desde hace nueve años organiza la taberna leonesa. Sin duda esa es una de las singularidades del certamen que reparte 15.000 euros en premios: 3.000 para el cuadro ganador y seis adquisiciones de 2.000 euros cada una. «Es un concurso peculiar por esa configuración. Y quizá también por eso se han presentado 273 personas. Yo lo intenté el año pasado pero no me escogieron y esta vez he creado un óleo expresamente para el certamen», resume Guillermo Sedano, cuyo cuadro ha sido adquirido por Café Quijano.

El trío leonés patrocina el certamen desde su primera edición y en 2014 ya adquirió la obra de otro burgalés, Gerardo Ibáñez. «La elección la ha hecho Raúl Quijano, el hermano pequeño, que también es artista. Si los mecenas quieren -como ha ocurrido con Rául- intercambio información con ellos. Son quienes ponen el dinero y son los que eligen, interesándose a veces por la trayectoria que tenga o la que no tenga el artista, cuyo nombre no se esconde, o simplemente por la impresión que les produce», detalla Pablo Martínez, coordinador del certamen, que matiza que con el músico ha mantenido varias conversaciones sobre arte antes de que tomara la decisión definitiva.

El óleo que ha entrado a formar parte de la colección particular de Café Quijano lleva por título Familia y, por supuesto, tratándose de Guillermo Sedano es un paisaje. «Tiene una composición sencilla, con la línea del horizonte y tres árboles alineados», detalla como si fuese fácil crear esa atmósfera de niebla, misterio y silencio, mientras retrata la soledad y rotundidad de la naturaleza, describe la dureza del invierno a través de las ramas peladas y hace poesía con unos escuálidos árboles.

Al pintor medinés, acostumbrado a presentarse y ser reconocido en numerosos concursos -este año ha ganado el Premio Eugenio Hermoso y ha sido seleccionado en el internacional de Valdepeñas-, el certamen Camarote Madrid le ha hecho especial ilusión por el concepto de los mecenas, que es también lo que le llevó a presentarse: «No es que sea fan de ellos, porque yo en música no me decanto por ningún estilo ni grupo en especial, pero me parece curioso y a la vez me gusta que mi cuadro haya ido a parar a Café Quijano», subraya.

«Esta circunstancia lo hace especial y el día de la entrega de los premios se convierte en una fiesta(esta vez será el domingo 3 de septiembre). Pero también lo hace más difícil porque a los artistas les descoloca», añade Martínez.

El concurso implica la selección de treinta piezas por parte de un jurado, que es el que se encarga de decidir la obra ganadora (la de Alba Molero Rus en esta edición). De entre las seleccionadas, los mecenas escogen  la que formará parte de sus respectivas colecciones.