Diario de Burgos

El Arlanza, la autopista a Atapuerca hace un millón de años

B.A. / Burgos
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Eudald Carbonell y su equipo preparan una nueva campaña en el entorno de este río para verificar que los primeros pobladores usaban la vía. Harán prospecciones en 30 kilómetros

En el yacimiento de Valparaíso se localizaron decenas de hachas de mano de entre 400.000 y 600.000 años. - Foto: f2estudio

El entorno del río Arlanza entre Salas y Hortigüela. Ese es el lugar en el que centrará su próxima investigación Eudald Carbonell y su equipo con el propósito de desentrañar una incógnita, ¿cuál fue el camino que siguieron los primeros pobladores hace más de un millón de años? La hipótesis con la que trabajan, y que buscan verificar con este proyecto, es la existencia de campamentos temporales alrededor de este caudal, por el que posiblemente se desplazaban estas personas hasta el Arlanzón y de ahí llegaban a Atapuerca. «Trataremos de confirmar que esa era la arteria que seguían. Si mi hipótesis prospera dará paso a lo que yo llamo el camino del cielo, el camino de arriba, por el que llegaron los pobladores a Atapuerca desde el este. Es algo atrevido, pero creo que puede dar buenos resultados si se trabaja con metodología científica», explica Carbonell en relación a este proyecto, que califica de «intrigante y muy interesante». 

El origen de este trabajo viene de las excavaciones que durante el 2021 y el 2022 desarrolló la Fundación Atapuerca en el yacimiento de Valparaíso, en Hortigüela, considerado por Carbonell como «excepcional en cuanto a la calidad y cantidad de piezas de industria lítica halladas». En él se localizaron decenas de hachas de mano de hace entre 400.000 y 600.000 mil años y se puso en valor para hacerlo visitable. No había intención al principio de volver a trabajar en la zona, pero algunas de las prospecciones que se realizaron de forma paralela a la excavación en este yacimiento llevaron al equipo a pensar que podían encontrar en el entorno evidencias de existencia de pobladores alrededor del Arlanza mucho tiempo atrás, hace más de un millón de años.

A tratar de localizar alguno de esos testimonios dedicarán sus esfuerzos durante 10 días, previsiblemente en enero del próximo año. Para ello peinarán unos 30 kilómetros entre Salas de los Infantes y Hortigüela, en las terrazas del río, en localizaciones por encima de los 1.000 metros. «Estas prospecciones consisten en mirar y buscar en puntos donde ha habido una cantera, cortes en el terreno o escorrentías, lo que ha podido provocar que las piezas se hayan desenterrado. El objetivo es localizar elementos de más de un millón de años y pensamos que en esos emplazamientos se han podido conservar», detalla el arqueólogo. Estos posibles hallazgos del paso de pobladores por esta zona podrían dar lugar a excavaciones más exhaustivas posteriormente.

Territorio muy poblado. De forma simultánea, el equipo de Carbonell, compuesto por Marta Navazo, Alfonso Benito y Rodrigo Alonso, desarrollará una campaña de excavación en otro yacimiento de Hortigüela, aún sin nombre y que se encuentra situado a la entrada de la localidad desde Burgos, a la derecha y a una altura de 30 metros sobre el río. En esta caso, la labor será de redundancia. «Creemos que la cronología será la misma que en Valparaíso y el tipo de piezas que podríamos encontrar, similares. Si al final es así, se confirmará la importancia de este tramo del río y nos serviría para determinar que todo este territorio estaba petado de gente».

Carbonell y su equipo piensan que este corredor del Arlanza presentaba múltiples ocupaciones, campamentos al aire libre habitados de forma temporal y que podrían ser de gran importancia, «incluso más grandes que Atapuerca» en cuanto a población. Sin embargo, en el Arlanza no se han encontrado restos humanos ni de fauna, que sí presenta con gran calidad la Sierra. «Esta zona está a 30 kilómetros de los yacimientos en línea recta, por lo que los mismos pobladores que hubo en Atapuerca, también estaban aquí», determina. 

El proyecto que están desarrollando en este punto de la provincia supone para Carbonell «un valor añadido a todo el trabajo que vienen desarrollando desde hace 45 años» y va a servir para «demostrar la evolución de estos valles». Si se localizan evidencias de más un millón, podríamos hablar de que en esta zona pudieron vivieron coetáneos de Pink, considerado el primer europeo y del que se encontró parte de su cara, un fósil de hace 1.300.000 años, en la Sima del Elefante el año pasado. 

Por otro lado, también contemplan la posibilidad de poner en valor estos nuevos yacimientos. «Debemos socializar nuestro trabajo, si se queda sólo en la mente de los científicos no se consigue que las personas aprendan sobre su historia y origen». Igualmente, adelanta que las piezas que han hallado pueden solicitarse para exhibirse en pequeñas exposiciones una vez se haya finalizado el trabajo de laboratorio con ellas.