El año pasado fue el primero de 'normalidad' tras el boom de la pandemia por coronavirus, que condicionó la actividad de los recursos sanitarios. Por lo tanto, es también el único ejercicio que permite hacer comparaciones de asistencia en el Punto de Atención Continuada (PAC) de la capital antes y después de la unificación en el Divino Valles. Y, según información de la Consejería de Sanidad, el resultado es que la demanda se redujo un 22%.

Es decir, Sacyl afirma en los indicadores de actividad del 2023 que el PAC de la capital atendió en los doce meses a 48.390 personas. Y, si se busca el mismo dato correspondiente al año previo a la irrupción del coronavirus, el 2019, se constata que las urgencias ambulatorias atendieron a 61.829 personas.

Este último dato, por otra parte, seguramente debería ser más alto, ya que no recoge toda la actividad urgente que se realizó en los centros de salud en 2019. Entonces, en la capital había dos PAC: uno en un sótano del centro de salud de La Antigua (que no reunía las condiciones mínimas para la asistencia) y otro en el de San Agustín (también con muchas carencias de espacio y medios).

A la ausencia de instalaciones adecuadas se sumó un problema de personal que acabó forzando el cierre del PAC de La Antigua en octubre (hasta entonces, Sacyl afirma que trató a 20.966 personas) y se centralizó todo en San Agustín (que trató a 40.863 pacientes), pero se decidió que cada centro de salud se hiciera cargo de sus propias urgencias por la tarde. De ahí que la cifra de 61.829 pueda quedarse algo corta con respecto a la realidad.

Justo antes de la explosión de la pandemia, en marzo del 2020, se inauguró el PAC unificado en el Divino Valles, con mejores instalaciones y más medios. Pero los datos oficiales indican que hay quienes rehúsan acudir a este recurso en caso de una patología leve imprevista y recurren directamente a las Urgencias del HUBU que, en ocasiones, mandan de vuelta a los pacientes al PAC.