La incidencia del melanoma cutáneo, el cáncer de piel más grave que hay, se ha incrementado en Burgos en más de un 33% en los últimos dos años, según evidencian los datos del HUBU: mientras que en la década previa a la pandemia el diagnóstico de nuevos casos oscilaba entre 50 y 60 al año, ahora ronda los 80. De hecho, en 2022 se detectaron 82 tumores de este tipo y la previsión es que 2023 cierre con más. Así lo explica la responsable de este tipo de lesiones en Cirugía Plástica del HUBU, la especialista Nicole Mercier, quien subraya que esta incidencia sitúa a Burgos «en el cuarto o quinto lugar del ranking del registro nacional. Es una incidencia alta, a pesar de ser una provincia poco 'fotoexpuesta'».
Burgos no es Málaga, pero esa es, precisamente, una de las razones por las que, quizá, históricamente no ha habido tanta concienciación acerca de la importancia de protegerse del sol. Y la principal causa de aparición de un tumor cutáneo de este tipo es la exposición solar. «Es muy amplia y, sobre todo, por causas recreativas. E incluso en nuestro invierno», dice la experta.
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