Burgos y sus polígonos tienen un gran cartel en el panorama industrial nacional. La presencia de grandes multinacionales de prácticamente todos los sectores, una mano de obra muy cualificada y una paz social estable convierten a la capital castellana en un lugar idóneo para invertir. La última compañía que ha fijado su punto de mira es la española Velca, fabricante de vehículos 100% eléctricos, principalmente ciclomotores, motocicletas y e-bikes.

La intención es construir una planta de ensamblaje con una inversión de 10 millones de euros que crearía unos 40 puestos de trabajo. A pesar de su reciente nacimiento -surgió en febrero de 2020- ya cuenta con dos centros de producción de unidades en China, uno en Madrid (a través de Quazzartech) y otro en Polonia. Para tratar de revertir la dependencia que tienen del mercado asiático y promover un ensamblaje más local, la compañía quiere levantar en España su primera fábrica. El CEO de la firma, Emilio Froján, confirma a este periódico que Burgos es una de las ubicaciones que tienen sobre la mesa en estos momentos. La presencia de varios accionistas de la compañía en la capital castellana es una de las razones.

Junto a la ciudad -no especifica si cuenta con parcela pensada o no- también están en la terna Valladolid, Andalucía y Vigo. La candidatura gallega es la que más papeletas tiene para erigirse como ganadora, ya que es la tierra originaria de la firma. El papel de la Junta de Castilla y León ha sido fundamental a la hora de posicionar tanto a Burgos como a Valladolid como dos potenciales destinos de la industria. «Me atrae mucho el polo de automoción y el sector del metal que hay enVigo, pero también es cierto que la zona de Castilla es muy atractiva», apunta Froján. Alaba la predisposición de la administración regional en este sentido, especialmente a la hora de captar su atención en los primeros compases. «Hicieron un muy buen trabajo», apunta. Aunque las conversaciones con la Xúnta están «muy avanzadas», el consejero delegado de Velca no descarta que la situación pueda dar un vuelco. «Tal y como está ahora el mapa político, tan convulso, la tortilla puede dar mil y un vueltas», esgrime Froján.

«Después de Galicia, Burgos y Valladolid son las dos ubicaciones con las que más a gusto nos sentimos», esgrime. La cercanía con la Comunidad de Madrid, principal mercado al que se dirigen sus vehículos eléctricos, tira mucho de estas propuestas. «Existe una opción de suelo relativamente económica. Castilla y León es una región desde donde se podría construir una planta», defiende. El objetivo sería poder fabricar cada año unas 2.500 unidades. Para tal cometido harían falta alrededor de 1,5 millones de euros de forma inicial, aunque la inversión alcanzaría las dos cifras en los primeros cinco años de existencia del proyecto. La decisión no está tomada aunque se espera que no se dilate más allá de finales de verano.

En 2021 los ciclomotores Velca fueron los más vendidos en España. Además, es la marca de motos eléctricas más seguida en redes sociales de toda Europa.

Gran impacto. La empresa española tiene 65 inversores directos y más de 1.500 microinversores surgidos de dos campañas de captación de fondos con las que han logrado recaudar más de 2 millones de euros. Con el mercado nacional en liza, sus ojos se han vuelto hacia la vecina Portugal aunque no descartan dar el salto a otras naciones europeas como Francia, Italia o Alemania en el futuro.

La cartera de productos cuenta con varios modelos dependiendo de la potencia: entre los ciclomotores existen las marcas Bora, Bora+ y Tramontana; entre las motocicletas se encuentran la Tramontana S, la Calima y la Calima S. Las e-bikes o bicicletas eléctricas abarcan desde el modelo Gata al Fisterra. Del mismo modo, también comercializan accesorios como cascos, baúles para llevar en el vehículo todo tipo de equipajes o soportes para el teléfono móvil. Cuenta con una gama Pro con una autonomía que supera el centenar de kilómetros recorridos sin necesidad de carga.