Diario de Burgos
Elena García

Tribuna sanitaria

Elena García


El viaje de tu vida

05/07/2023

En esta época del año más que en otras, sentimos la necesidad de viajar y salir. Asociamos vacaciones con realizar un viaje, movernos. Muchos a la playa, al campo, a la montaña. Conocer otras ciudades o países. O al pueblo. 
Pero no siempre se cuenta con este tiempo de asueto, por muy merecido que sea. No todas las personas forman parte de ese grupo de trabajadores regulares con contratos estables, a los que les corresponde disfrutar un mes de vacaciones en periodo estival. Esto puede afrontarse de distinta forma, según los objetivos personales. Cercano tengo el caso de muchas enfermeras que han terminado su carrera este curso y afrontan con ilusión sus primeros contratos profesionales. Seguro que con mezcla de nervios, ganas y responsabilidad y dejando para más tarde este disfrute vacacional que nos ocupa. Otras personas, jubilados ya, cuentan con ese preciado tiempo los 365 días del año, por lo que observan de manera distinta la llegada de estas fechas, aunque el calor invite también a visitar zonas de descanso y a compartirlo en familia y con amigos. 

Y quienes están en paro y consiguen trabajo justamente en las fechas en las que otros disfrutan, buscarán la manera de descansar algunos días, organizar alguna escapada y preparar un plan que traiga el verano al lugar donde deban permanecer por las obligaciones.

El descanso es una necesidad humana que debe estar integrada en nuestro día a día, reservando unas horas para el sueño y el reposo y las actividades de desarrollo personal. Así mismo en cada semana, uno o dos días nos otorgan este espacio necesario para el equilibrio de nuestra salud.

Aunque tenemos tendencia a estar ocupados y a hacer mil cosas siempre, quiero aceptar la recomendación de que también no hacer nada es saludable a veces, porque nos lleva a reiniciarnos, y a frenar el ritmo de la vida, poniendo a punto nuestras emociones, nuestras acciones, permitiéndonos ser conscientes de si realmente vivimos la vida que queremos.

Las vacaciones son diferentes para cada uno, y no es sano compararnos ni escuchar retahílas que nos dicen cómo vivir este periodo. Porque cada persona debe ser libre para ocupar ese tiempo con lo que realmente desee y aprovecharlo para crecer, aprender y descubrirse… Tiempo para sí mismo y tiempo para estar con las personas queridas. Y para conocer a otras nuevas.

Las cosas que nunca hacemos. Permitirnos explorar, perder el tiempo, cambiar la ruta. Detenernos. Coger el camino más largo. Las carreteras secundarias. Lo que no compensa. Este es un reto. Porque no hay productividad. Solo calma. Pero bien, porque es sabiduría ancestral. Tengo una imagen en mi cabeza que me hace sonreír: los abuelos sentados a la puerta de la casa, viendo la vida.

Y sobre todo, saber salir y luego entrar. Volver a la bendita rutina que muchas veces nos permite vivir el día a día tranquilos. Volver renovados. Mejor. Sin ansiedades. Felices vacaciones.