Diario de Burgos

"Si puedes reírte del problema, vas un paso por delante de él"

María Albilla (SPC)
-

"Si puedes reírte del problema, vas un paso por delante de él" - Foto: JAVIER OCANA

A Ángel Martín estábamos acostumbrados a verle en la tele. Como presentador en espacios varios, como monologuista... Recogía premios, usaba el sarcasmo y la ironía con maestría... Y parece que la gente así nunca se rompe. Pero sí, sucedió. Y se rompió. Un brote psicótico en 2017 marcó un antes y un después. Tuvo que emprender su propia reconstrucción y contó cómo lo hizo en Por si las voces vuelven. Y en Detrás del ruido ahonda en el trabajo que hace y no se ve para mantener la cordura. Una clave: poner consciencia a las cosas como antesala a tomar decisiones se ha revelado como una herramienta clave para él. «Ahora mismo tengo la sensación de que todo está donde quiero que esté». ¿Puede afirmar esto con tal rotundidad? Pues si está pensando en emprender el camino para lograrlo, en su experiencia puede que halle alguna pista.

Reconocer una enfermedad mental suele costar por el estigma que aún acarrean. A estas alturas, ya media España sabe que en 2017 sufrió un brote psicótico que le llevó a estar ingresado en un psiquiátrico. ¿Cómo ayuda visibilizar los problemas de salud mental? ¿Es una forma de ponerles foco?

En mi caso, lo que me llega es que muchas personas me dicen que leer lo que me ha pasado les sirve para poner palabras a algo que ellos no sabían cómo explicar. Ahora entienden cómo funciona por dentro la cabeza de alguien que está pasando por una situación similar. Mi sensación es que ha servido para traducir cómo funciona la cabeza cuando te pasa algo de este tipo.

Supongo que no solo es importante que lo entienda otra persona en una situación similar, sino quienes permanecen al lado del paciente.

Sí, por eso es importante ese ejercicio de traducción. Lo que intentamos siempre es que nos entiendan y mi intención es que llegue a cualquiera, esté en el estado que esté. Y, como suelo escribir pensando en quien pueda tener en ese momento la cabeza en un estado más complicado y la capacidad de atención más baja, hace que quien esté un poco mejor lo pueda comprender mucho más rápido.

En su primer libro contaba la caída y el primer paso de su recuperación. Ahora es el momento de ascender otra montaña, la de mantenerse bien. ¿Cómo es ese camino?

Es un camino en el que tienes que estar prestando atención a todo lo que haces para entender cuál es el motivo que hay detrás de las cosas. Generalmente actuamos por inercia, sin pensar, y no sabemos muy bien por qué tomamos las decisiones que tomamos, por qué pensamos lo que pensamos, decimos lo que decimos o actuamos de una u otra manera. Simplemente, nos dejamos llevar, pero no sabemos qué queremos hacer o qué estamos construyendo o si estamos donde queremos... Ahora mismo lo que intento es ser muy consciente en todo momento del porqué de las cosas que hago y la intención. Esto no significa que no me vaya a equivocar porque puede que las cosas no salgan como espero, pero el simple hecho de saber la razón que te llevó a actuar de esta forma hace que puedas revisar los motivos que te han llevado a que salga mal. Así la segunda vez que tomes esa decisión ya sabrás qué no salió bien.

¿Está descubriendo algo de usted que no tenía controlado?

Estoy descubriendo muchas cosas... Cuando salí del hospital empecé una reconstrucción desde cero, pero desde la consciencia. Me fui reconstruyendo siendo muy consciente. Esto implica que te vas conociendo a medida que te reconstruyes. Lo que voy descubriendo de mí ahora mismo es que en comparación con el pasado es que cuando tomo decisiones ahora sé muy bien por qué las tomo y freno en seco cuando algo me genera una sensación extraña. Para mí, es una manera mucho más inteligente de enfocar las cosas.

Si en ocasiones decimos no tener tiempo ni para respirar, ¿cómo podemos sacarlo para tomar un café y escucharnos un rato?

Eso me llama mucho la atención. En general decimos que no tenemos tiempo para nada, pero estamos al corriente de las últimas series y nos hemos visto todas las temporadas, así que algo de tiempo sí que hay ahí... La verdad es que tenemos mucho tiempo disponible. A mí hay personas que me dicen que no pueden ni respirar y resulta que se han visto Juego de tronos tres veces. Sacamos tiempo para lo que nos apetece. Lo demás lo vamos dilatando y hace que retrasemos decisiones o las dejemos a medio tomar porque no quieres ver el desenlace. También implica no pensar en cosas que sabes que deberías hacer porque así no tienes que tomar medidas.

 

Si te montas en el coche para ir a tu casa y te entran náuseas, tienes una pista clara de que algo en tu casa no va bien... "

El miedo es un aliado envenenado para no tomar decisiones... ¿Cómo se enfrenta usted al miedo, si es que lo tiene?

Asumo que el miedo es la incertidumbre de lo que habrá. Eso es todo. Generalmente, nos montamos una película para convencernos a nosotros mismos de que tomar una decisión va a hacer que todo sea peor. Sabemos hacer muy bien lo de complicarnos la vida por adelantado y ponernos en el peor escaparate posible. 

Pero yo, cuando tengo la certeza de que quiero tomar una decisión, pues tengo que asumir que va a tener un precio, unas consecuencias y el vértigo que da todo ello. Lo peor es cuando no solo no decides tú, sino que otro lo hace por ti. Es como quien dice que no le gusta su trabajo, pero claro se queda ahí porque vete tú a saber lo que puede pasar... Resulta que vas al día siguiente y te despiden... Bueno, pues bien, pero han tomado la decisión por ti. Hubiera sido mejor diseñar una forma de salir de aquello que sabes que te está destrozando, ¿no?

¿Teme que se pueda volver a romper, como en 2017?

No, no, la verdad es que no. Pero por sentido común. Una de las cosas que aprendí después de pasar por el brote psicótico es que, como todo el mundo, había estado viviendo con una lista de miedos y en esa lista no entraba estar ingresado en un psiquiátrico y, sin embargo, sucedió. Me he dado cuenta de que gastar energía en cosas que quizás no pasen nunca no tiene mucho sentido, sobre todo, porque cuando sucede algo no te va a quedar otra que actuar y poner toda tu energía en resolverlo. No se puede tener miedo por si acaso. Si mi forma de vivir y de enfrentarme a las cosas antes me llevó a que se me rompiera la cabeza es probable que si hago lo contrario sea un poco más difícil que se me vuelva a pasar.

En este nuevo libro aconseja situarse Detrás del ruido. ¿Me puede dar unas pautas de cómo hacerlo?

Es descubrir la coherencia. La cabeza está llena de jaleos que no sabemos dónde nacen ni a qué corresponden, miedos, cosas que nos han dicho... todo eso es ruido, pero no sabes cuál es la verdad de las cosas. Tienes que descubrir cuál es el sonido que es útil para ti y para saber quién quieres ser, dónde quieres estar, qué estás haciendo o construyendo, etc.

Grandes dilemas del individuo...

No tan grandes. Es sencillo realmente. Todo lo que te haga sentir mal, no ayuda. Si tú te montas en el coche para ir a tu casa y te entran náuseas, tienes una pista clara de que algo en tu casa no va bien. ¿No crees? Ahora tú sabrás si le quieres poner solución.

Hay cientos de libros de psicología, de autoayuda, de refuerzo positivo, de neurociencia o sobre cómo conocer tu mente. ¿Piensa que son útiles?

Bueno, yo lo que propongo es cómo fue para mí pasar por un brote psicótico y cómo lo hice para remontar porque no encontré en ningún otro libro que alguien me contara cómo lo había hecho. Y Detrás del ruido quiere dar respuesta a una pregunta que me hacían mucho y era ¿cómo haces para que no se vuelva a repetir? Esto es solo mi experiencia. Mis pistas igual te pueden servir. A mí me funciona... e igual a ti también porque no somos tan diferentes. 

 

Sacamos tiempo para lo que nos apetece. Lo demás lo vamos dilatando y hace que retrasemos decisiones o las dejemos a medio tomar porque no quieres ver el desenlace"

 

¿Revisar de manera milimétrica todo lo que sucede en su cabeza es tan necesario como agotador?

Es cansado en ocasiones, sí. Pero si te centras en la recompensa, es muy práctico. También hay que aprender a cogerle el punto porque cuando estás mal puedes llega a analizar si es el momento de tomar un café, si tomártelo en vaso o en taza, en la barra o en una mesa... Ese es el cacao, claro.

Habla de la importancia de priorizarse, de ponerse en el foco por delante de los demás.

Si tú no estás bien, los tuyos no pueden estarlo tampoco. Y si esto sucede puede que incluso estés intentando echar un cable a otro, pero desde un lugar que no es muy sano porque eres terriblemente infeliz y estás encabronado la ayuda será un poquitín peor.

¿Su entorno cambió de actitud hacia usted después del acceso de locura? ¿Se ha tenido que despedir de demasiada gente después?

La gente que sigue conmigo lo hace porque reaccionó... lo cierto es que yo ni siquiera sabía qué podía esperar de los demás cuando salí del hospital, pero sé que hubo gente que ayudó a que yo hoy esté mejor. Esos son mi sangre. Fin de la historia.

Claro, otros quedaron por el camino, pero forma parte del camino de estar vivos. Siempre hay gente con la que crees que tienes una relación de nivel 10, pero cuando sucede algo y pasas por una situación que te impide interactuar de la manera que era habitual te das cuenta de que ese nivel era un dos. Pues mira, casi mejor que desaparezcan.

¿Hemos aprendido algo en este tiempo de más preocupación y consciencia sobre la salud mental o se ha sentido juzgado o etiquetado en algún momento?

Yo no. Nunca me he sentido juzgado ni etiquetado. Y si así fuera, me importaría poco. Qué más da lo que haga un idiota. Si alguien decide juzgarte cuando tienes un problema, pues que le den, ya lo tendrá él. No pasa nada, esto va por turnos.

El estigma social no es más que gente juzgando a otra. El problema está en que hay mucha gente que no sabe escuchar sin juzgar al otro y es muy divertido porque todo el mundo dice que es una pena que no se puede hablar abiertamente de ciertas cosas porque nos juzgan. ¿No es como raro? 

¿Esto es lo que nos lleva a tener secretos?

Sí, la vergüenza, el temor a las etiquetas o a que cambien de actitud contigo lleva a tener esos secretos.

La agenda profesional la lleva a tope… Esto dice algo positivo, ¿no?

Sí, sí... Estamos muy contentos. La gira del año pasado de Punto para los locos terminó en el WiZink Center de Madrid y hemos decidido hacer un año más de funciones.

¡Esto sí que es hacer de la necesidad virtud!

Bueno, es aprovechar algo que te ha pasado para ver hasta dónde puedes llevarlo para ayudar a otros. Hay a gente que igual no le interesa leer, pero sí le apetece un monólogo... pues ahí lo tiene. Se va a poder reír, pero también llevarse tres o cuatro herramientas que le pueden servir de algo.

Al final el humor se demuestra como una buena herramienta para hacer frente a la vida. A sus cosas buenas y también a las malas.

Si puedes reírte del problema, vas un paso por delante de él.