Diario de Burgos

La ilustración tiene su corazoncito

I.L.H. / Burgos
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El burgalés WidO LaFlamme regresa a las raíces del dibujo en la Biblioteca de la UBU. El cómic, el tatuaje americano, el arte pop y la cultura urbana inspiran sus luchas internas y la infancia perdida

Debajo del nombre artístico de WidO LaFlamme está Fernando de Domingo. Los dibujos, la ropa ‘customizada’ y los skate se exponen hasta el 8 de marzo. - Foto: Patricia

Como los gusanos que se convierten en mariposa, WidO LaFlamme ha necesitado regresar al dibujo que realizaba en la infancia para desplegar las alas y crecer. La metamorfosis la ha vivido como una catarsis, una transformación que le ha hecho ir a fuego con el diseño y la ilustración, las disciplinas en las que siempre ha encontrado esa llamita que prende, ese medio en el que combinar todo aquello que le entusiasma: la cultura urbana, el arte pop, el cómic y el tatuaje tradicional americano.

«En un momento dado me tocó dar ese paso hacia la madurez y encajar en el entorno, algo que para mí fue complicado. Para salir de ese trance traté de regresar a lo que me hacía feliz, dibujar, personalizar la ropa e intervenir tablas de skate», repasa Fernando de Domingo, nombre real de WidO LaFlamme.

Esa Vuelta a las raíces (Back to roots) es la que resume en la exposición que presenta en la Biblioteca de la UBU hasta el 8 de marzo. «Siempre tuve inquietudes artísticas. Empecé con la fotografía artística conceptual, pero también me gustaba pintar mi ropa. Y así, poco a poco y de manera autodidacta, he ido creando mi propia marca», añade WidO, que firma sus prendas con una llamita dentro de la 'O'.

Con esa idea de mostrar su corazoncito expone veinte tablas de skate pintadas a mano, tablas de madera de arce y siete capas aptas para patinar. Exhibe gorras, zapatillas y calcetines con dibujos originales y una serie de cerillas abstractas «que son un guiño al arte pop que reproduce la misma imagen; la diferencia es que las mías están hechas a mano y, aunque parezcan similares no hay dos iguales».

Repartidas en los paneles distribuye además nueve ilustraciones digitales creadas a partir del dibujo manual. Aquí es donde queda remarcado su estilo, guiado por los colores potentes y las líneas gruesas y un lenguaje visual «crudo, directo y desenfadado». Sirva de ejemplo la imagen que abre la exposición y hace de cartel: una mariposa con rostro, como la polilla de la muerte de El silencio de los corderos, recubierta de símbolos y la llama de su firma. «Pertenece a una serie inspirada en películas y es una reinterpretación a la que añado elementos que identifican mi estilo y que recuerdan al tatuaje tradicional americano, que es una de mis inspiraciones», resume.

Más allá del fuego aparecen unos truenos, el bicho con aspecto de diablo o demonio y varios corazones. Al órgano que bombea la vida le dedica otra de las ilustraciones camuflado en una manzana atravesada por un gusano: «Todo está relacionado con el concepto de renacimiento, transformación, raíces, la lucha contra tus propios demonios o la pérdida de la infancia». Evidente también en unas zapatillas con forma de dragón, unos calcetines con cara de marioneta o el diablo presentado con su corazoncito.

Por si lo de la marca de ropa (a la venta en una semana en HeyWido), las ilustraciones y el diseño no fueran suficiente, lleva junto a Raquel Hernández WidO Studio, dedicado a la imagen corporativa.

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