Una cuchillada con intención de matar o un brote psicótico. Estas han sido las dos posturas enfrentadas esta mañana en la Audiencia Provincial de Burgos. En el banquillo se ha sentado A.A.L.R., natural de Colombia, acusado de apuñalar por la espalda a su compañero de piso, E.J.P.S., el 11 de septiembre de 2022 en un piso de la calle San Lorenzo de la capital. El Ministerio Fiscal, que observa alevosía en sus actos, solicita una pena de 8 años de prisión por asesinato en grado de tentativa, mientras que la defensa interesa su eximente completa dado su estado psicológico. 

El acusado se ha negado a responder a las preguntas del fiscal y su abogado tampoco le ha formulado ninguna al entender que su relato podría estar alterado por sus condiciones psiquiátricas. Es más, su defensa ha consistido en que fue precisamente su estado mental el que le llevó a cometer los actos. 

La víctima, E.J.P.S., ha relatado que el día de los hechos se encontraba cocinando y haciendo videollamada con su pareja cuando el agresor, sin que hubiera habido una conversación o disputa previa, se le abalanzó con un cuchillo y se lo clavó en la espalda. 

El agredido trato de defenderse y sufrió varias heridas en el brazo derecho, una costilla y el rostro. Finalmente consiguió huir de la casa y se marchó hacia el bar en el que trabajaba su hermano para que le llevase al hospital. 

Por la sala han pasado varios agentes policiales que han relatado como fue el momento de la detención, en la que el agresor no puso impedimento porque, en un principio, les dijo que él también era víctima. 

Asimismo, una psiquiatra llamada como perito de parte ha explicado que Z.A.L.R. sufría desde hacía años brotes psicóticos provocados por un policonsumo de sustancias toxicas. Episodios que incluso le habían provocado que intentara suicidarse tres años antes. 

El acusado ha asegurado, en su alegato final ante el tribunal, que no era consciente de lo que hacía y ni tampoco asume del todo su enfermedad mental. El juicio ha quedado visto para sentencia.