Diario de Burgos

Derrota cruel y evitable

ROBERTO MENA / Gijón
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El Burgos CF encaja un gol en el minuto 99 y se le escapa un punto en El Molinón. Los blanquinegros pecaron de pardillos y concedieron una última jugada al Sporting que acabó en el 2-1

La desesperación blanquinegra contrasta con la alegría de los jugadores del Sporting tras el gol de Queipo. - Foto: Jesús J. Matías

Se las prometía felices el Burgos en El Molinón. Corría el minuto 97, tenía el balón en su poder y acariciaba el primer punto a domicilio. No había sido un partido brillante, pero suponía un nuevo avance en este inicio de campaña. Sin embargo, todo saltó por los aires en una última jugada que los blanquinegros no supieron contrarrestar y permitieron a Queipo llegar hasta el área. El atacante rojiblanco disparo, el balón tocó en Córdoba y se fue al fondo de la red. Nada más sacar de centro el colegiado pitó el final.

A los blanquinegros se les quedó cara de circunstancias. Pecaron de pardillos y acabaron sin botín siendo cómplices, sin quererlo, de la alegría asturiana. Tenían el partido bajo control, pero no supieron jugar con el tiempo.
El Burgos nadó y nadó para ahogarse en la orilla. No mostró el empuje ofensivo de otros encuentros, aunque supo sobreponerse a un gol que rearbitró el VAR -el árbitro pitó falta a favor del Burgos y luego rectificó- y empató con una diana de bella factura en la que la pizarra funcionó a la perfección.

El conjunto asturiano se hizo con las riendas del partido segundos después del pitido inicial. En solo dos minutos había lanzado tres saques de esquina y en uno de ellos ya había asustado. Los rojiblancos tenían el balón, mientras el Burgos trataba de sobrellevar el temporal.

Al cuadro blanquinegro le costaba llegar a último tercio del campo y hubo que esperar un cuarto de hora para que se produjera la primera aproximación castellana, aunque Curro no encontró a Fer Niño.
El disgusto llegó poco después en otro saque de esquina. Otero se deshizo de Matos y marcó a placer. En primera instancia el colegiado pitó falta del colombiano, pero tras ver las imágenes en el VAR dio validez a la diana del colombiano. La jugada se rearbitró.

A la escuadra visitante le tocaba dar un paso adelante y pareció conseguirlo minutos después del 1-0, aunque fue un espejismo. La circulación de balón de los burgalesistas era lenta y al Sporting le bastaba con estar bien posicionado para impedir el avance del equipo que entrena Jon Pérez Bolo.

Escaseaban las ideas y el ritmo era cansino. Otero hacía mucho daño entre líneas y podía una y otra vez con la contención visitante. Al juego de los blanquinegros le faltaba frescura e incluso antes de llegar al descanso Gaspar dio otro aviso con una llegada por la izquierda que no encontró rematador.

Se llegaba al descanso con el 1-0 y la sensación de que algo debía cambiar en el equipo burgalés si quería lograr un resultado positivo en El Molinón.

La segunda mitad comenzó con un guion muy similar. El Burgos dominaba, tenía el balón, pero le costaba llegar a los dominios de Yáñez. Le faltaba profundidad y acierto en los metros finales, por lo que las ocasiones brillaban por su ausencia. Pese a todo, los blanquinegros iban ganando metros y a su rival no se le veía especialmente inspirado.

(La crónica completa y las reacciones, en la edición impresa o aquí)