Los espacios más destacados de los jardines benedictinos del Monasterio San Salvador de Oña, pero también los más recónditos, volverán a ser el escenario elegido para ubicar las obras artísticas que participarán en la próxima edición del Jardín Secreto el año que viene. Después del parón provocado por el poco tiempo del que disponía el nuevo equipo de gobierno para gestionar la exposición y ponerla en marcha este verano, un nuevo proyecto protagonizado por jóvenes artistas verá la luz en julio de 2024.
A pesar que desde el Ayuntamiento dieron los primeros pasos en la puesta en marcha hace tan solo dos meses ya ha quedado definida la esencia del trabajo, que continuará como una muestra al aire libre, con la particularidad que los creadores presentarán sus obras a través de un concurso organizado por el municipio. «La idea que barajamos y que ha gustado muchísimo en la Diputación y otras entidades en las que la hemos presentado consiste en promover un certamen de jóvenes artistas que opten por presentar sus proyectos y que formen parte de la exposición», declara Belén Paramio, alcaldesa de la villa condal. «La situación seguirá como siempre y en el mismo entorno, pero dando una vuelta a lo que hasta ahora se realizaba», añade.
Las bases del proyecto aún no están definidas, pero la regidora asegura que «seremos nosotros desde el Consistorio los que llevemos todo el peso de la organización y destinaremos una cantidad económica al premio o premios» para los trabajos más interesantes, con el fin de motivar a los estudiantes y que les resulte más atractivo acudir a la convocatoria. En cuanto a las condiciones que se deberán de cumplir todavía no «las hemos desarrollado. Actualmente mantenemos contacto con la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Burgos, que se ha interesado muchísimo por la idea, y pretendemos contactar también con la Universidad del País Vasco (UPV) y la de Salamanca (USAL)», expone la regidora.
Además de la necesidad de recibir el apoyo de las asociaciones locales de cara a las semanas previas a la inauguración, prevista en julio, Oña también requerirá el de la administración provincial para llevar a cabo un segundo proyecto artístico vinculado con el Jardín Secreto que «ubicaremos en la parte interior del Monasterio, en alguna de las zonas rehabilitadas, siempre que obtengamos la autorización necesaria», aclara Paramio. «En este espacio nos gustaría que los participantes del Programa de Arte Joven, cuyo pilar básico son los Premios Arte Joven: Jóvenes Artistas de Castilla y León, expusieran sus obras. Esto no lo tenemos aún asegurado, pero lo intentaremos», comenta.
El comisario de la muestra hasta la edición de 2022, Carlos Armiño, ya anunció a la anterior corporación y también a la actual la intención de desvincularse del Jardín Secreto tras más de una década al frente de la organización. Apasionado del entorno que rodea al espacio, ha trasladado a la Diputación la idea de transformar el antiguo centro de laborterapia de la residencia San Salvador- en desuso desde que las instalaciones clausuraron en 2011- en un museo vivo con talleres.
Recorrido. El hecho de que a día de hoy apenas queden obras expuestas en los jardines benedictinos no implica que el espacio no pueda visitarse, y aunque desde 2022 el recorrido ha sufrido una modificación puesto que en la zona que circunda el edificio histórico se han realizado obras (ya finalizadas), el actual trayecto parte de la Casa del Parque Natural Montes Obarenes o desde el acceso por el lavadero, extendiéndose hasta el estanque principal.
El paseo mostrará a partir de invierno una cara renovada con la demolición de La Florida, uno de los edificios fantasma del antiguo psiquiátrico de San Salvador y el único pabellón de nueva construcción. La Fundación Patrimonio Natural Castilla y León ha solicitado el permiso de derribo al Ayuntamiento y el área lo transformarán en un espacio verde para ampliar el recorrido existente.
Abren el paseo tras podar las ramas más peligrosas.
El pasado 28 de septiembre la Junta de Castilla y León, encargada del mantenimiento de los jardines benedictinos del Monasterio San Salvador de Oña, procedió a cerrar el espacio y prohibir el tránsito de personas temporalmente ante el riesgo existente de desprendimiento de ramas de los árboles que se alzan a lo largo del popular paseo. Mes y medio después y con las labores de poda realizadas -además de un estudio del estado de todos los ejemplares- se permite de nuevo el acceso al espacio natural por las dos entradas.