Diario de Burgos

Un S.O.S. frente a la toxicidad cotidiana

G.G.U. / Burgos
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La exesquiadora Lola Fernández-Ochoa, la exgimnasta Almudena Cid y el psiquiatra Jesús de la Gándara, protagonizaron un debate sobre salud mental y deporte de contenido extrapolable

Debate entre la periodista Rosalía Santaolalla (izda.), la exesquiadora Lola Fernández-Ochoa, la exgimnasta Almudena Cid y el psiquiatra Jesús de la Gándara. - Foto: Patricia

Las primera palabras del psiquiatra Jesús de la Gándara dejaron boquiabierto al público -abundante- que escuchaba ayer por la tarde en el auditorio Ana Lopidana: «El deporte es tóxico». Una mezcla de risillas y estupor recorrió la platea, mientras que Lola Fernández-Ochoa, sobre el escenario, miraba con asombro al médico. Y Almudena Cid también lo miraba, aunque, quizá, algo menos sorprendida. Pero el exjefe de Psiquiatría en el Complejo Asistencial de Burgos no se arredró y, sin inmutarse, añadió: «El deporte no es nada saludable. Y lo voy a demostrar».

Semejante vehemencia ante dos exdeportistas de élite facilitó que el 'Diálogo en torno al deporte y la salud mental', moderado por la periodista Rosalía Santaolalla y organizado por el Ayuntamiento, la Fundación Círculo y el Grupo de Apoyo a la Prevención del Suicidio (APRESUIC) fluyera desde el minuto uno. La iniciativa forma parte del programa diseñado con motivo del Día para la prevención del suicidio (10 de septiembre) y el Día de la salud mental (10 de octubre). Dos fechas que sirven de excusa para hablar de algo que, como evidenció con franqueza y emoción la hermana de la fallecida Blanca Fernández-Ochoa y también exesquiadora, hace solo cuatro años todavía eran tabú.

Y esto conduce de nuevo al contundente arranque de Jesús de la Gándara sobre el deporte. Una práctica «que siempre es competición es tóxica. Se compite contra una mismo y contra el otro y contra las circunstancias. Con competición hay estrés y el estrés siempre es tóxico».El tema ya se iba centrando y el psiquiatra relató a continuación los síndromes con los que ha de lidiar un deportista de élite a lo largo de su vida: el del gladiador, el del abrazo, el del ocaso... A veces, también el de abstinencia. 

La exgimnasta rítmica Almudena Cid, ahora también actriz, escritora y comentarista, no solo admitió haber pasado por todos, sino que señaló que faltaba uno: el del impostor. «Cuando te reciclas, resurges y formas parte de una nueva comunidad, crees que no vas a estar a la altura», dijo, conviniendo con que «el deporte de élite no es sano». Fernández-Ochoa, discrepante, concedió que los síndromes se viven, «pero los síntomas los puedes obviar si los trabajas».

La cuestión es de qué manera lo haces, tanto en la primera línea del deporte profesional como en el día a día. Porque, como señaló de la Gándara, «la vida también es tóxica y la cuestión es qué podemos aprender del deporte para enfrentarnos a la adversidad». 

estrategia de vida. Para el psiquiatra, la importancia del ejercicio físico -«pero del que da placer y divierte, no del competitivo»- para el cuerpo y la mente. Para Almudena Cid, en cambio, una estrategia de vida. Porque ante cientos de personas afirmó que el momento más duro de su vida no lo sufrió sobre un tapiz, sino hace solo un año y medio. «Lo peor fue lo sorpresivo. Actuaba de forma que no era yo y tuve un pensamiento terrible un día cuando iba al teatro. Pensé: 'Esto acaba con un volantazo'», admitió. Pero entonces, dijo, recordó a Blanca Fernández-Ochoa y puso a disposición de su recuperación «la parte bonita del deporte tóxico». Y más por compromiso consigo misma que por generosidad, reconoció, decidió hacer público lo que le había sucedido.

Un paso que le llevó mucho menos tiempo que a Lola Fernández-Ochoa, quien contó ayer que «cuando Blanca se suicidó hace cuatro años, fuimos como tortugas: nos escondimos. Piensas que es muy fuerte que te pase a ti, a un clan tan unido como los Fernández-Ochoa. Y siendo tan mediático, todo el mundo te juzga... Con mis hermanos no lo hablaba y, gracias al apoyo de mi familia y amigos, lo he logrado», dijo. Así, reestablecida, pensó en transformar el sufrimiento en «algo bonito» y constituyó la Fundación Blanca, de apoyo al deportista, que promueve iniciativas como el documental El viaje. La medalla de la salud mental, también proyectado en Burgos, para evitar que otras familias pasen por lo mismo que ellos. «Que la sociedad hable del tema es el primer paso. Y tenemos que ayudar a que las generaciones jóvenes asimilen que no pasa nada por pedir ayuda, ir al psicólogo y al psiquiatra», dijo, antes de concluir que «a mí me costó mucho reconocer que mi queridísima hermana se suicidó porque yo no supe ayudarla».

Poco más se podía añadir, así que se invitó al dúo Simoneta a cerrar con música.