El Gobierno de coalición del PP y Vox tiene en la construcción del futuro Mercado Norte uno de los grandes desafíos de este mandato. Y es un desafío porque el único problema ya no es solo que la tramitación administrativa que inició el anterior equipo de Gobierno fracasara, tal y como evidenció el informe elaborado por la Oficina Nacional de Evaluación (ONE). El nuevo Ejecutivo municipal ha sondeado el mercado, con hasta doce encuentros con potenciales interesados, y lo que ha detectado es un denominador común: el proyecto diseñado por el Ayuntamiento de Burgos es muy costoso y hay dudas razonables sobre su rentabilidad.

Ante este panorama, el equipo de Gobierno ha comenzado ya a plantearse de qué manera hacer más atractiva la construcción de la dotación comercial para el sector privado y con esa idea la alcaldesa, Cristina Ayala, avanza que se está «estudiando» la posibilidad   de incluir la concesión de las plazas en rotación del aparcamiento de la plaza España, cuyo contrato está a punto de finalizar, dentro de la licitación para levantar y explotar, por un periodo aún por determinar, el futuro Mercado Norte.

La decisión no está tomada todavía en firme, pero en el bipartito reconocen que es una posibilidad y con ella trabajan. Se reconoce una cierta preocupación porque el proyecto del Mercado Norte no pudiera salir adelante y aseguran que la realidad dista mucho del triunfalismo que vendían sus predecesores, que alargaron plazos en sus promesas sin lograr en cuatro años dejar encarrilado lo que tanto el Gobierno como la oposición consideran un proyecto de ciudad.

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