El guardián de la portería del Juan Carlos Higuero afronta un nuevo reto como blanquiazul. Roberto Jara, arquero de la Arandina, regresó a la capital ribereña el verano pasado con el objetivo de celebrar un ascenso. Reto que logró y en el que adquirió un protagonismo fundamental tras ser el portero menos goleado del Grupo VIII de Tercera RFEF.
El cántabro es uno de los trece futbolistas que repiten del histórico bloque del curso pasado. Una apuesta continuista que gusta y mucho a Jara. "Por experiencia personal, todos los grupos en lo que se ha mantenido un bloque estable y se ha querido mejorar con fichajes, siempre se ha conseguido el objetivo", expone. Dentro del vestuario vigente, también continúa Adrián Álvarez, su compañero de portería. "Tenemos una relación maravillosa y una competencia muy sana. Nosotros trabajamos al máximo y es el entrenador el que decide".
Ahora, con las buenas sensaciones del último curso en la recámara, observa con perspectiva la espina que pudo quitarse de su anterior etapa en Aranda. Con 19 años y apenas experiencia senior, no logró debutar debido al gran rendimiento de Pablo Carmona. "Después del ascenso recuerdo un momento a solas con el estadio a oscuras. Se me vino a la cabeza el año en el que no pude demostrar. Pero la temporada pasada tuve la fortuna de poder disputar 28 partidos a buen nivel", comenta. Una vez pulverizado esa cuenta pendiente, regresa a una Segunda RFEF en la que no pudo brillar durante su periplo en Numancia y Langreo. "Únicamente tengo dos partidos en 2ªB, pero con dos temporadas en la categoría aprendes la enorme competitividad que hay y que cada resultado te coloca en un punto u otro en la clasificación".
Con el regreso liguero a la vuelta de la esquina, el cántabro se muestra muy confiado respecto al potencial de la plantilla. "El equipo está muy preparado para salvar la categoría y cumplir los objetivos". Precisamente la meta de salvar la categoría cambia por completo el escenario del curso pasado, en el que las derrotas brillaron por su ausencia. Sin embargo, el propio guardameta transforma esta circunstancia en algo positivo, pero que a la vez no puede influir en la fortaleza mental de esta nueva y difícil temporada. "Hemos hecho historia, pero ya se acabó el año. En Segunda RFEF habrá altibajos y es importante que el grupo esté unido y sepa afrontar las posibles derrotas".
Como buen cántabro y soldado del fútbol del norte, Roberto Jara conoce a la perfección el duro grupo en el que ha quedado encuadrado la Arandina. "Es un grupo muy competido, con rivales muy diferentes... Filiales, recién ascendidos, históricos con grandes estadios... Es bonito, pero al mismo tiempo muy difícil", confiesa. Como antídoto para no salir de la lucha por los objetivos durante las 34 jornadas, el guardameta lo tiene claro: el trabajo. "Gracias a Álex somos un bloque muy competitivo y sabemos a lo que jugamos. No tenemos dudas y eso es clave para poder competir cada partido", expone.
Con la salvación entre ceja y ceja, la seguridad del cántabro volverá a jugar un papel clave para la solidez defensiva. Tras años de trabajo en la sombra, Jara tiene una nueva oportunidad para brillar en Segunda RFEF.