Diario de Burgos

Vuelta a la parrilla de salida

J. Villahizán (SPC)-Agencias
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La XV legislatura echa a andar con un endiablado panorama, el mismo que dejó el 23-J, y sin un candidato claro para la investidura. Mientras Sánchez confía en revalidar el apoyo del Parlamento, Feijóo aspira a lograr más 'síes' que el PSOE

Imagen de archivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa. - Foto: EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Nada es lo que parece en política y menos aún cuando se negocia al más alto nivel la formación de un nuevo Gobierno. Por eso, aunque el PSOE haya ganado la batalla de la Mesa del Congreso y de su Presidencia, con Francina Armengol al frente gracias a los votos de todos los nacionalistas, además de Sumar, a cambio de cesiones varias, la investidura de Pedro Sánchez se perfila mucho más difícil.

Eso sin olvidar que el candidato que ganó las pasadas elecciones generales, el popular Alberto Núñez Feijóo, sigue en la batalla por la Moncloa y también se postula como candidato a formar Gobierno.

Sin embargo, a priori, da la sensación de que el acuerdo alcanzado en la Cámara Baja entre el PSOE, ERC y Junts para la Mesa y para elegir a la presidenta del Hemiciclo apuntala las posibilidades de Sánchez, aunque en el PP insisten en que ellos están solo a cuatro votos -que pueden salir con el apoyo del PNV o la abstención de los de Carles Puigdemont-, además del respaldo de Vox.

Con este endiablado panorama y por el momento, Sánchez no las tiene todas consigo, ya que la gran mayoría de los socios que le dieron su apoyo el pasado jueves para nombrar a la tercera autoridad del Estado ya han puntualizado que el acuerdo para la Mesa nada tiene que ver con una futura investidura del madrileño. 

Hay que volver a empezar, afirman los nacionalistas de Junts, PNV y Bildu. «Queda mucha tela aún», resumía el jeltzale Aitor Esteban, para referirse a que todo arranca ahora; y en la misma línea se mostraba el expresidente catalán Puigdemont, que afirmaba que las negociaciones estaban en la casilla de salida y que la situación actual es la misma que la de la noche electoral. El president republicano Pere Aragonès volvió una vez más a desvincular el pacto de Armengol de las conversaciones para investir a Sánchez: «Las negociaciones serán largas y complejas», subrayó.

Dicho esto, todo indica que el bloque que ha aupado a la progresista Armengol necesitará de tiempo y paciencia para llevar a buen puerto una nueva negociación que se prevé difícil y con nuevos privilegios para los nacionalistas.

 Por el momento, las cesiones ya dadas a los separatistas pasan por oficializar el catalán en la Unión Europea, dar normalidad lingüística a las lenguas cooficiales del Estado -catalán, vasco y gallego- en el Congreso, crear una comisión de investigación sobre los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils del 17-A y reabrir la investigación sobre las cloacas del Estado y ahondar en el caso del presunto espionaje a líderes separatistas con el programa israelí Pegasus.

A mayores, los republicanos insisten en negociar la desjudicialización del conflicto independentista por las «vías legales necesarias» para poder investir a Sánchez, lo que dejaría la puerta abierta a negociar una ley de amnistía que el PSOE ya ha descartado de forma tajante, lo primero porque no tendría encaje constitucional. 

Un PP confiado

En el otro lado del tablero, Génova asegura que está «más cerca» de gobernar porque, aunque no le dan los números, mantendría el apoyo de Vox y sumaría a Coalición Canaria, lo que llevaría a Sánchez a necesitar el sí de Junts.

«Para hacer oposición siempre hay tiempo», agregan las mismas fuentes frente a las voces que ponen en duda la estrategia planteada hasta la fecha.

Respecto a la relación con Vox, los populares señalan que es correcta, que el partido de Abascal mantiene su aval a Feijóo en una investidura -pese a que no les apoyaron en el Congreso para la formación de la Mesa- y que ambas formaciones entienden y respetan sus respectivos planteamientos.  

Aunque no hay plazos para culminar el proceso que ahora se abre y tampoco para convocar la sesión de investidura una vez que Felipe VI proponga al candidato, lo que sí se sabe es que el Rey realizará la ronda de contactos con los partidos mañana 21 y el martes 22 y que el nombre que proponga el jefe del Estado se someterá a una votación que solo prosperará si logra mayoría absoluta del Congreso.

Si no dieran los números para esa mayoría absoluta, habrá una nueva votación 48 horas después, en la que solo será precisa la mayoría simple, es decir más votos a favor que en contra. 

Solo en esos supuestos habría nuevo presidente y nuevo Gobierno.

Francina Armengol - La baza para ganarse a los soberanistas

Después de pasar ocho años al frente del Govern balear, con Podemos y los ecosoberanistas de Més per Mallorca en el Ejecutivo insular, Francina Armengol (Inca, 1971) perdió su puesto en las elecciones del pasado 28 de mayo. Y, como buena parte de los barones socialistas que se quedaron fuera de sus respectivos Gobiernos autonómicos, fue reubicada por Ferraz con un cargo en las Cortes. En su caso, en el Congreso de los Diputados, del que el pasado jueves resultó elegida presidenta, dando un nuevo paso al frente y asumiendo el reto de sustituir a Meritxell Batet en una legislatura que se prevé, cuanto menos, movida, por los ajustados resultados de los dos grandes partidos y la necesidad de pactos para aprobar cualquier propuesta.

Armengol, con la confianza plena del PSOE, ha sido una de las bazas del presidente del Ejecutivo en funciones y secretario general del partido, Pedro Sánchez, para contar con el apoyo de las formaciones nacionalistas en la Cámara Baja, a las que necesitará también en un futuro inmediato para su posible investidura.

Mujer socialista y feminista con unas fuertes convicciones «y dialogante», como la define Sánchez, la exdirigente balear ha mostrado durante estos últimos ocho años su capacidad para pactar con los soberanistas de Mallorca, a quienes entregó un tema tan sensible en las islas como el área de Política Lingüística.

Militante del PSOE desde los años 90, esta farmacéutica de formación culmina con éxito su decisión de continuar con su trayectoria política en Madrid tras una agria derrota en las elecciones del pasado mayo ante la popular Marga Prohens.

La mallorquina, que considera el diálogo como uno de sus puntos fuertes, está llamada a contentar a los partidos independentistas en un momento en el que el PSOE los necesita más que nunca, con el fin de lograr el apoyo suficiente para que Sánchez revalide el mandato.

Con el objetivo de emprender una legislatura «de diálogo, trabajo y consensos», Armengol siempre ha defendido el papel de la política de la izquierda «para solucionar los problemas de la gente, transformar la sociedad y avanzar hacia un futuro mejor», como reiteró en un mensaje en sus redes sociales tras conocerse su designación como candidata a la Presidencia del Congreso.

La progresista, que en 2015 se convirtió en la primera presidenta del Govern balear y revalidó su mandato en 2019, arrancó su carrera como concejala de su localidad natal, Inca, donde su padre fue alcalde durante cuatro años. También ha sido diputada en el Parlamento autonómico y presidenta del Consell de Mallorca.

Como presidenta del Govern, entre otras medidas, eliminó el carácter vehicular del español en las aulas y aprobó una nueva Ley de Turismo que incluía la obligación de los hoteles de cuatro y cinco estrellas de contar con camas elevables para facilitar el trabajo de las camareras de pisos.

Y también se ha visto envuelta en alguna que otra polémica en estos últimos años. Uno de sus episodios más sonados ocurrió cuando fue pillada de copas de madrugada en Palma en plenas restricciones horarias en la restauración por la pandemia de la COVID-19. Por aquel entonces, pese a las fuertes críticas por parte de la oposición, que pidió su dimisión, se limitó a pedir perdón por el error y se negó a asumir responsabilidades políticas por esta controversia.

Otros de los asuntos que ha tenido que afrontar en su mandato son el caso de las menores tuteladas por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) víctimas de la prostitución, o la trama de corrupción denominada caso Puertos, cuya causa continúa abierta.

Pedro Rollán - Experto en situaciones de cambio

Aunque Pedro Rollán (PP) puede ser un político desconocido para muchos, este madrileño es una persona curtida en las lídes del poder público, con cargos tan relevantes como presidente de la Comunidad de Madrid, además de ser el senador más votado el 23-J.

Una de los retos del nuevo presidente del Senado en la nueva legislatura es que tendrá que lidiar con una Cámara que tiene distinto color político que el Congreso, pero es sabido en su grupo que Rollán es un perfecto gestor con una solvente experiencia en situaciones de transición política.  

Rollán (Madrid, 1969) encabezará la Cámara Alta, donde el PP goza de mayoría absoluta, en un momento de alto voltaje, conviviendo con una presidenta del Congreso socialista, Francina Armengol, y ante un futuro que puede deparar un Gobierno de Pedro Sánchez o una legislatura fallida que conduzca a elecciones.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, le incluyó en su cúpula como vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local y le coloca ahora al frente de la Cámara territorial, de la que el propio Rollán espera que sea «una voz muy importante» y «no solo una Cámara de segunda lectura».

El nuevo presidente del Senado señaló hace unos días que quiere que este órgano constitucional persiga la «concordia» y la equiparación de todas las regiones frente al «mercadeo» con asuntos como la deuda autonómica.

Erigido ahora en décimo tercer presidente de la Cámara Alta, Rollán ha tenido hasta ahora otras etiquetas, como la de ser en 2011 el alcalde más votado de entre las grandes ciudades españolas al lograr el 70 por ciento del apoyo en Torrejón de Ardoz.

Al Senado lleva además experiencia en situaciones de cambio pues Rollán ha sido el presidente más breve de la historia de la Comunidad de Madrid, que gestionó durante cuatro meses en la X legislatura, en 2019, en la que esta región tuvo tres mandatarios.

Antes había escalado en el Gobierno regional, donde primero fue consejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, después responsable de Medio Ambiente, y por último, consejero de Presidencia y portavoz.