Diario de Burgos

La Milanera languidece y sigue a la espera de soluciones

D. ALMENDRES / Burgos
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La gran superficie que incluye el solar del antiguo recinto ferial suma más de una década sin ningún tipo de actividad y aguarda una transformación que, se asume, será realidad a largo plazo

La Milanera languidece y sigue a la espera de soluciones - Foto: LUIS LÓPEZ ARAICO

Nunca mejor dicho, La Milanera es un solar. Solo el oxidado perímetro que delimitó el antiguo recinto ferial recuerda la actividad que un día registró un espacio hoy yermo. El deteriorado estado del vallado refleja la situación de la gran parcela de 89.000 metros cuadrados que continúa a la espera de soluciones 12 años después de que el Ayuntamiento decidiera trasladar la feria de ganado tras buscar también otros emplazamientos para las barracas.

Mucho ha llovido desde aquel mes de diciembre de 2011. El derribo posterior de la dotación permitió que la maleza se apropie del terreno y el crecimiento espontáneo de vegetación devora cada centímetro de un sector que, sin duda, vivió tiempos mejores. 

El recinto dedicado durante décadas a las ferias de ganado se convirtió con el tiempo en un espacio multifuncional que dio cobijo hasta 2003 a las fiestas universitarias -trasladadas después al aparcamiento- y que también se convirtió en un lugar de paso obligado al tomar el testigo de La Quinta como sede de las barracas.Un problema itinerante con el que el Ayuntamiento lleva décadas lidiando.

El actual equipo de Gobierno apuesta ahora por la creación de un nuevo recinto ferial en Villalonquéjar IV (Expobur) para resolver de una vez por todas estas cuestiones. La Milanera dio el testigo al Polígono Docente y en los últimos tiempos las atracciones se ubican en Villatoro. En el camino se debatieron otras localizaciones como Las Tejeras o los antiguos depósitos de la CLH. Mientras Expobur inicia sus primeros trámites con vistas al futuro, La Milanera languidece.

Después de varios retrasos, hubo que esperar hasta septiembre de 2018 para reducir a polvo un complejo ferial que fue pasto de los vándalos durante el tiempo que permaneció en pie, pero inerte y ávido de nuevas iniciativas.

Nada queda de la carpa que albergó conciertos que hoy resultarían impensables, como el que ofrecieron Fito & Fitipaldis en las fiestas de SanPedro en 2004. Los Suaves, Reincidentes, La Oreja de Van Gogh, Soziedad Alkoholika o Ketama fueron otros nombres propios -hubo muchos más- que pasaron por unas instalaciones sin relevo ni respuestas de futuro a corto plazo.

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