No sé si les sucede también a ustedes, pero estos días en los que anochece tan pronto me muero de aburrimiento y cuando una está aburrida se le ocurren un montón de cosas por hacer. Pintar acuarelas, hacer pasta fresca, decorar la casa de Navidad, donar ropa, ver tutoriales de maquillaje, cortarme el pelo… En esta ola de manualidades y vida marujil, que para eso en otoño nos quedamos en casa, me surgió una duda existencial: ¿me pincho bótox o salteo unos tirabeques? En principio, solo quería hacer los tirabeques y que fuera mi marido quien se pinchara el bótox, pero una amiga muy lista que tengo, y un poco capulla, las cosas como son, me dijo que me lo pinchara yo, que es una cosa preventiva y que por él ya no hay nada que hacer. Si es que la que tiene una amiga tiene un tesoro.

Por seguir divirtiéndome con esta dicotomía tan sumamente sesuda decidí hacerme la influencer y subirme el engagement preguntando en Instagram a mis seguidores cuál de las dos cosas les hacía más feliz. Ganaron los tirabeques por un 54% y yo me quedé pensando intensamente en el 46% del bótox y en los surcos que me están saliendo en la frente. Una tensión digna de debate de investidura que se resolverá al gusto de todos mis votantes, esta tarde he invitado a casa a mi otro marido gay, poliamor del bueno, para cocinar juntos la verdura más cara que he comprado en mi vida, regarla con una botella de Carmelo Rodero que me llamaba desde la estantería del supermercado a precio de aceite de oliva virgen extra, y decidiremos juntos si ya que nos gastamos estas indecencias en la compra, de perdidos al río y le damos candela a la toxina.

Dicen que en épocas de crisis se vende más pintalabios rojo, pero me da a mí en la nariz que, en esta época tan convulsa, en la que además se llevan los nudes y el make-up no make-up, los que en realidad se están forrando son los de las clínicas estéticas, porque a mi querido frutero, al que le suelto billetes con tanta alegría, todavía no le he visto hacerse rico, pero igual le invito a unirse a la pandilla botulínica, a ver si nos hacen un 3x2.