Diario de Burgos

400 firmas exigen el arreglo de la acera del parque Buenavista

C.M. / Burgos
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Los vecinos están hartos ante lo que califican de «inacción» por parte el Ayuntamiento de Burgos y reclaman la tala de los árboles debido a que sus raíces dañan el pavimento y provocan caídas

Los vecinos de Buenavista exigen con 400 firmas el arreglo de la acera del parque. - Foto: Alberto Rodrigo

Hartos, cansados y ninguneados. Así se sienten los vecinos de las calles Pablo Casals y los pasajes Buenavista e Isaac Albéniz ante lo que consideran «inacción» por parte de los distintos equipos de Gobierno del Ayuntamiento de Burgos al no dar una solución al lamentable estado del pavimento de la acera que rodea al parque Buenavista.

Han recogido más de 400 firmas que acompañan a un escrito en el que reclaman una solución inmediata por los inconvenientes que están provocando los 21 olmos de gran porte cuyas raíces han destrozado el pavimento hasta el punto de no poder transitar. El crecimiento de sus raíces ha ido a más en los últimos años hasta el punto de deformar la acera y dejar al descubierto las canalizaciones soterradas de agua, que en algunas ocasiones se han roto. 

La altura de los bordillos se ha elevado hasta el punto de que los conductores que aparcan no pueden abrir las puertas de sus vehículos, además del peligro que supone tener que acceder por la abrupta acera. Algunas alcantarillas no asientan y quedan al descubierto, lo que facilita la presencia de ratas

Por ello, reclaman que se talen los árboles, dado que tienen más de 40 años, se repare la acera y se planten otras especies que no dañen el pavimento. «Muchas personas se han caído, algunas de las cuales han denunciado al Ayuntamiento», aseguró Bernardo Carpintero. 

No entienden que no se actúe, lo que obliga a que los vecinos tengan que transitar por la otra acera. «Queremos que el concejal responsable venga y lo vea. No podemos seguir así, exigimos una solución ya», indicó Ángel Pérez. 

Los vecinos se quejan de que la longitud de las ramas y el gran volumen de las copas hace que lleguen a tapar las farolas, lo que hace que la calle esté cada vez más oscura en horario nocturno, lo que se traducen en inseguridad.