Diario de Burgos

«No tiene sentido poner placas en las tierras más productivas»

S.F.L. / Briviesca
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La construcción del megaparque fotovoltaico de Solaria en el conocido como granero de España (la Bureba) genera rechazo entre vecinos y agricultores, que ven peligrar el futuro de sus pueblos

Rechazo al megaparque fotovoltaico de Solaria en el granero de España: «No tiene sentido poner placas en las tierras más productivas». - Foto: Miguel Ángel Portilla

Pocos se imaginaban el impacto que generarían un millón y medio de placas solares colocadas en terrenos burebanos. Ahora, con algunos de ellos vallados a la espera de que las coloquen, las cosas se ven de otra manera. Los agricultores que hasta hace apenas un año las cultivaban y recorrían sobre su maquinaria, ahora las observan desde el otro lado del cercado, pensativos y con indignación, mucha indignación. «¿Por qué no han buscado otras tierras menos productivas?», se pregunta Vicente, un trabajador del campo que a partir de una firma perdió casi 50 hectáreas de terreno que cultivaba en Briviesca. El propietario de la finca se decantó por las placas en vez de por el trigo y la cebada, y él nada pudo hacer.

Con los permisos necesarios ya sobre la mesa y el inicio de las obras de construcción de dos de los cuatro parques que la empresa Solaria, Energía y Medio Ambiente ha proyectado en la comarca, la instalación de aproximadamente 1,5 millones de paneles fotovoltaicos -que dejarán alrededor de 1.000 hectáreas de sombra- será una realidad más pronto que tarde, y algunos vecinos, agricultores y alcaldes de localidades implicadas no soportan la idea de que llegue.

La instalación supondrá la pérdida de «las tierras de cereal más productivas del país», que muchas familias de trabajadores del campo han labrado desde hace más de un siglo. «Estas son nuestras raíces, ¿qué vamos a dejar a los que vienen detrás?», se pregunta Rodrigo García, concejal del Ayuntamiento de Berzosa y agricultor. Junto a dos compañeros presentó candidatura en las elecciones del pasado año para gobernar en la localidad. «Lo hicimos, sobre todo, porque estamos totalmente en contra de este proyecto. No podemos hacer mucho porque la anterior alcaldesa firmó los contratos, pero nosotros no vamos a poner las cosas tan sencillas», aclara.
En verano interpuso una denuncia contra la compañía después de que «empleados subcontratados» acudieran a realizar catas y atravesaran uno de sus terrenos, llevándose por delante parte del cultivo. «Les he exigido que esos daños me los tienen que pagar y todavía sigo a la espera», añade con cierto enfado.

Imagen de las estructuras instaladas que sujetarán los paneles en fincas de la Bureba.Imagen de las estructuras instaladas que sujetarán los paneles en fincas de la Bureba. - Foto: Miguel Ángel Portilla

José Ignacio y Alfonso reflexionan sobre el futuro de su localidad y el vaticinio no es bueno. Unas 340.870 placas irán repartidas entre el municipio y La Vid de Bureba en áreas que actualmente forman parte del coto de caza, el cual se reducirá considerablemente con la puesta en marcha del complejo. «Todo son pegas, no encontramos ningún beneficio», declaran al unísono mientras contemplan los terrenos por los que también circulará el AVE. «El pueblo está condenado a morir, sin agricultura no habrá vida», declara el de mayor edad.

A partir de que Solaria transmitiera a los municipios el plan a desarrollar en la zona, se celebraron reuniones vecinales que «acabaron en mejor y peor puerto», comenta José, regidor de Vallarta de Bureba, por donde pasarán dos líneas de evacuación, una subterránea y otra aérea. La gente mostró su «disconformidad» con el proyecto, al igual que en Vileña. «La empresa apareció aquí sin tener en cuenta el valor de la tierra, pasó por alto arrendar fincas con una productividad que supera las siete toneladas por hectárea, una cifra bastante superior que la de la media nacional, y no tuvo en cuenta que a escasos kilómetros existen zonas malas que apenas se trabajan», exponen los hermanos Vicente y Daniel.

«En mi época de alcalde intenté sin éxito alcanzar algún acuerdo para recibir beneficios, como que la empresa nos arreglara caminos o que celebrará una jornada de conviviencia con los ayuntamientos implicados, pero no conseguí nada. Ahora hay otro alcalde y ya no depende de mi», expresa Elías Plaza, un agricultor con tierras en Terrazos de Bureba. Hasta allí no llegarán las placas pero sí a unos pocos cientos de metros de Los Barrios de Bureba.

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