Hay personas que si no existieran habría que inventarlas. Referentes en distintos ámbitos y capaces de dinamizar lo que les rodea. Que no sólo tienen vocación por el trabajo sino que también crean y lideran. Una de esas personas en Burgos es José Sagredo. Natural de Briviesca, su querida ciudad natal, y con una formación enciclopédica, ha dedicado buena parte de su vida al servicio público en las tareas de la enseñanza de la Geografía y la Historia y en la gestión educativa. Como magnífico docente siempre ha querido trasladar sus saberes a la sociedad a través de múltiples iniciativas de las que muchos hemos sido beneficiarios. Pero con ser todo esto muy importante, amén de su faceta de escritor, quiero traer aquí a colación otras dos de las actividades por las que es merecedor de reconocimiento: su labor como concejal y su tarea al frente de la Casa de Europa.

José Sagredo desarrolló una intensa labor al frente de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento en un tiempo, la década de los 90, en que estaba creándose el Instituto Municipal de Cultura. Fueron intensos los ocho años en que estuvo al frente de la gestión cultural burgalesa. Entre sus muchos logros podemos citar la restauración de nuestro magnífico Teatro Principal, que desde hace más de 25 años es el centro esencial de la programación dramática y musical de nuestra ciudad, y la recuperación del Castillo, entonces un espacio muy degradado, y que gracias a una importante serie de intervenciones arqueológicas, infraestructurales y de mantenimiento forestal se recuperó para el disfrute de los burgaleses y para el mejor entendimiento de lo que fue nuestra ciudad. Por otra parte, no podemos olvidar su faceta al frente de la mítica Casa de Europa, hoy por desgracia en vías de extinción. La 'eurofilia' de Sagredo no sólo ha permitido que miles de burgaleses se hayan acercado al hecho europeo sino también que Burgos haya sido más y mejor conocido en Europa. La ingente presencia de nuestros vecinos en distintos países del continente y las innumerables visitas de embajadores y de ilustres personalidades europeas en nuestra ciudad sólo son explicables por su esfuerzo y perseverancia. Gracias, querido Pepe, por todo tu trabajo y amor a la cultura, a Burgos y a Europa.