Diario de Burgos

El Jardín Secreto no abrirá en Oña y viajará a Cereceda

S.F.L. / Briviesca
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El Ayuntamiento aparca este verano el proyecto, aunque para la próxima edición pretende contar con la participación de jóvenes artistas. Carlos Armiño, comisario de la muestra, instalará 10 obras en su pueblo

El Jardín Secreto no abrirá en Oña y viajará a Cereceda - Foto: S.F.L.

Las cifras no engañan y el exclusivo entorno que envuelve a los jardines benedictinos del Monasterio San Salvador de Oña ha cautivado a miles de turistas en los últimos años. En 2021, más de 37.500 se dejaron ver en los paseos y el pasado año sobre 20.000. Si bien, se trata de uno de los espacios más visitados de la localidad pero la nueva edición del Jardín Secreto, una exposición artística al aire libre, no abrirá. La «falta de tiempo que disponíamos era inviable para gestionar el proyecto y ponerlo en marcha ya que cuando entramos en junio en el Ayuntamiento no sabíamos nada sobre la organización, por lo que este verano paramos», aclara la alcaldesa del municipio, Belén Paramio.

A pesar de la decisión que el equipo de gobierno ha tomado, la regidora asegura que «solo es un parón y el próximo verano volverá». Este año no ha podido ser pero desde el Ayuntamiento ya tienen claro la idea que pretenden desarrollar con la participación de artistas jóvenes. «La intención es dar otro aire y ya hemos contactado con alguna universidad para conocer de qué manera podemos colaborar juntos, pero para ello necesitamos tiempo», añade.  

El comisario de la muestra, Carlos Armiño, que ya anunció a la anterior corporación y también a la actual la intención de desvincularse en cierta manera del Jardín Secreto tras más de una década al frente de la organización, confía en que no dejen morir de golpe el proyecto y pretende modificar el escenario de la muestra. Los jardines benedictinos del Monasterio San Salvador darán paso a la presa y los rincones más especiales de Cereceda, su pueblo, en el que también se ubica su taller, en una muestra al aire libre a pequeña escala. «Colocaré unas diez obras de otros artistas y mías, y el recorrido comenzará en el exterior de mi lugar de trabajo», afirma. Algunos de las piezas de escultura y pintura que todavía pueden contemplarse a lo largo del jardín de la abadía oniense, como los soportes que él mismo construyó para albergar fotografías y cuadros que formaban parte de la exposición, pretende «retirar, pero no todas».

El hecho de que no se inaugure una nueva edición del conocido Jardín Secreto no implica que el espacio no pueda visitarse y, aunque desde el pasado año hay una modificación en su recorrido puesto que la zona que circunda el edificio histórico se encuentra en obras, el actual trayecto parte de la Casa del Parque Natural Montes Obarenes o desde el acceso por el lavadero, extendiéndose hasta el estanque principal. Además, existe la opción de ampliarlo 2,5 kilómetros a través de una ruta por el monte que, intramuros, da la vuelta a las huertas del recinto monacal y enlaza con las Ermita de Santo Toribio, que se encuentra diseminada entre la vegetación.

Un museo-taller. El artista Carlos Armiño continúa con los trabajos de restauración de la antigua casa rectoral de Panizares para transformarla en su Casa Museo y se plantea retomar el proyecto de ubicar en el antiguo centro de laborterapia de la residencia San Salvador de Oña -en desuso desde 2011- un museo vivo con talleres disponibles para que los utilicen artistas de diferentes disciplinas. Se compromete a realizar las labores de rehabilitación y de devolver la vida al inmueble. «La planta más amplía acogerá exposiciones permanente e itinerantes y el resto de salas estarán a disposición para que otros artistas desarrollen sus ideas», sentencia.