Nada se sabe desde que en septiembre se conociera la intención de la Consejería de Sanidad de crear un instituto de estudios biomédicos en Burgos, confirmada dos meses más tarde por el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.  En ese momento, también comprometió la misma dotación para León con el fin de crear una red regional de colaboración, junto a los centros de las mismas características ya en funcionamiento en Valladolid y Salamanca, entre el sistema científico, implicando así a las universidades públicas, y el sanitario.

En este camino de puesta en marcha de las nuevas infraestructuras, la capital leonesa ha ganado la carrera a la burgalesa, después de que ayer el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, firmara un convenio con el rector de la Universidad de León, Juan Francisco Marín, para el arranque del Instituto de Investigación Biosanitaria (IBIoLEÓN), que se suma así al IBSAL y al IBIoVall. El centro permitirá potenciar la producción científica y la innovación sanitaria en esa provincia, además de «suponer un estímulo para el crecimiento y la creación de empleo dentro del sector», según reza la nota de prensa remitida por el Gobierno regional.

En ella se hace referencia a la instalación burgalesa, aunque sin establecer fechas o plazos ni tampoco el estado en que se encuentra el proyecto, salvo la mención de que «la futura creación del instituto en Burgos ya está en marcha». La Universidad de Burgos tampoco tiene noticias al respecto, tal y como dejó claro el rector, Manuel Pérez Mateos, hace tan solo una semana durante la inauguración de un nuevo aulario en al antiguo Hospital Militar. En ese escenario, urgió al presidente de la Junta a firma con la institución académica local el convenio que, precisamente, rubricó ayer con la de León el propio consejero de Sanidad.

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