Diario de Burgos

Dos mordidos por víboras, uno grave

GADEA G.UBIERNA / Burgos
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La Unidad de Toxicología de Urgencias del HUBU aspira a ser referencia en la región y advierte de que nunca se debe tocar ni matar a los animales. Si se requiere antídoto hay ingreso hospitalario

Los expertos del HUBU Alejandro López (izda.), Eliander Cubillo y Francisco Callado. - Foto: Alberto Rodrigo

Dos personas han tenido que ser atendidas en la Unidad de Toxicología Clínica de Urgencias del HUBU en 2024 a causa de la mordedura de una víbora y, según destacan fuentes oficiales, la gravedad de una de ellas obligó a administrarle antídoto -lo cual conlleva ingreso en el hospital hasta seis o siete días y supervisión médica constante- para evitar las complicaciones que puede causar el veneno en el organismo: desde dolor neuropático permanente hasta, en los casos más graves y excepcionales, la muerte. El año pasado registraron doce mordeduras, de las cuales siete graves; esto es, con antídoto.

Sin embargo, los urgenciólogos que forman parte de este equipo del HUBU, único en Castilla y León y con vocación de referencia, advierten de que la mayoría de los accidentes con serpientes pueden evitarse: «No hay que tocarlas ni intentar matarlas. La serpiente tiene más temor del humano que al revés; hay que alejarse y darle su espacio». Y, como segundo consejo, recomiendan a paseantes que extremen la precaución en zonas con agua, sol y ranas; trabajar siempre con guantes en las huertas y, en zonas residenciales en las que se sepa que hay ratones, extremar la precaución entre marzo y octubre.

Esta es la época en la que las víboras suelen morder, pero, debido al calor a destiempo, la temporada cada vez es más larga y variable. Así lo destacan los integrantes del equipo experto en mordeduras de víbora de la Unidad de Toxicología del HUBU:los urgenciólogos Francisco Callado, Alejandro López y Eliander Cubillo. «La temperatura ha modificado los espacios en los que estas especies se exponen y, por otro lado, es posible que estemos más expuestos a la mordedura porque la frecuentación turística ha aumentado muchísimo en el norte», comenta Cubillo, mientras López y Callado añaden que a eso se une que «en Burgos, Cantabria y norte de Palencia se dan las tres especies de víbora que hay». Es decir, la hocicuda, la áspid y la cantábrica. Y, por último, no se puede obviar otro factor diferencial: desde 2018 los urgenciólogos del HUBU registran todos los episodios de este tipo que atienden.

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