La Consejería de Sanidad continúa dando pasos para que las obras de construcción del nuevo centro de salud del Silo, que sustituirá al Federico García Lorca, se retomen lo antes posible pero los procedimientos garantistas de las administraciones públicas no permiten avanzar con la rapidez que gustaría tanto a sus responsables como a los futuros usuarios. 

Se acaba de adjudicar la adaptación del proyecto para poder sacar la obra de nuevo a concurso. De las tres ofertas que se presentaron se ha elegido a Estudio González Arquitectos que se compromete a realizarlo por un importe de 17.908 euros, el mismo que el de licitación, y un plazo de dos meses, de modo que estará concluido para primeros de octubre. 

La revisión del proyecto es necesaria para poder elaborar los pliegos de condiciones que regirán el nuevo concurso para continuar con los trabajos. El hecho de que la segunda constructora, CHR, y posteriormente Urbas, que absorbió a esta, llevaran a cabo obras hace que sea necesario comprobar lo realizado y adaptar el nuevo proyecto a ellas a otras necesidades que hayan podido surgir por el paso del tiempo. Desde la Consejería de Sanidad fijan septiembre para convocar el nuevo concurso para reanudar el edificio pero ahora tras conocerse que hay dos meses para adaptar el proyecto hace temer que no sea hasta el mes de octubre. 

Es precisamente esta adaptación del proyecto la que determinará el pliego de condiciones tanto técnicas como administrativas que regirá la licitación.

Cabe recodar que la Junta adjudicó en 2019 la construcción del centro de salud del Silo a Vialterra, que dejó la obra empantanada tras pedir un aumento del presupuesto que fue rechazado por la Junta. Se revisó el proyecto y se convocó un nuevo concurso que se adjudicó a la empresa CHR por un importe de 5.282.400 euros y un plazo de ejecución de 12 meses. Las obras se reanudaron el 8 de junio de 2022 y tenían que haber finalizado en junio de este año. Sin embargo, la firma solicitó la ampliación hasta finales de 2023 y en medio se produjo la absorción por Urbas. Poco a poco los trabajos se fueron ralentizando hasta que acabaron parados por la decisión de las subcontratas que ejecutaban la climatización y la electricidad de no trabajar si no se les pagaba. 

La Consejería de Sanidad medió y dio varias oportunidades a Urbas para que siguiera adelante con la actuación. La empresa no respondió y se rescindió el contrato por incumplimiento e incautó la garantía de 220.000 euros. Ahora todo vuelve a empezar para desesperación de profesionales y usuarios.