Diario de Burgos

La felicidad está en los pinceles

B.G.R.
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El alumno de quinto de Primaria del colegio La Salle Darío Martínez se convierte en el ganador absoluto del concurso de pintura de Patrimonio Nacional, con 1.200 participantes

Darío Martínez muestra su dibujo inspirado en el Real Alcázar de Sevilla. Junto a él, Paulina Llorente, cuyo trabajo se encuentra entre los finalistas. - Foto: Alberto Rodrigo

Darío Martínez Delgado se explica como un libro abierto. Cursa quinto de Primaria en el colegio La Salle y acaba de vivir una experiencia inolvidable propiciada por su destreza con los pinceles. Patrimonio Nacional ha elegido su trabajo como el mejor de entre los 1.200 que ha recibido dentro de su certamen nacional de pintura infantil y juvenil. No ha sido el único premiado del centro, ya que su compañera Paulina Llorente Sebastián se encuentra entre los finalistas.

Fue su profesor de Arte, Juan Carlos Rodríguez, quien propuso en clase  la participación en el concurso. La temática estaba clara; dibujar cualquier monumento que forma parte del organismo estatal. Darío lo tuvo claro y eligió los jardines del Real Alcázar de Sevilla. «Me gusta más la naturaleza, los paisajes verdes, que los edificios», explica desde la ilusión que le supuso un reto que coincide con una de sus grandes pasiones, la pintura, aunque con permiso del fútbol.

Lo vive así desde sus primeros años, cuando el solo descubrió la satisfacción de dibujar, que más tarde perfeccionó en una academia. «Es como una forma de escape; como otra realidad», detalla desde la felicidad que le reporta esta práctica artística, reforzada ahora por el reconocimiento nacional. Le hacía ilusión participar. De hecho, hizo un primer dibujo que regaló a su profesora porque no estaba del todo satisfecho con el resultado hasta que dio con el trabajo perfecto a base de observar el Real Sitio pero imprimiendo su propia visión de lo que estaban viendo.

Paulina también comparte esa felicidad que le reporta la pintura, al que se acercó a través de una prima que acudía a una academia y decidió probar. En su caso, eligió el Palacio Real de Madrid porque «me gusta y he estado varias veces». Guiándose por una fotografía confeccionó su propia obra partiendo de varios bocetos hasta conseguir el resultado final, que también llamó la atención de Patrimonio al seleccionarlo entre los finalistas.

Ninguno se esperaba la noticia del fallo del jurado. La entidad del Estado notificó al colegio el resultado a través de un correo electrónico. Darío no se lo creía. «Me quedé alucinado. Pensaba que había ganado entre los alumnos del colegio o de Castilla y León», reconoce sobre una sensación de incredubilidad inicial que también compartió su familia, ya que, según su tutor, Francisco Javier Martínez, su madre se puso en contacto con el centro para corroborar que su hijo había ganado el premio absoluto en la modalidad de Primaria.

Después de las felicitaciones, hace una semana llegó el momento de la entrega de premios en el Palacio de El Pardo de Madrid. Un acto, presidido por la infanta Elena, donde Darío tuvo un protagonismo especial por cuanto se ocupó de dar el discurso en representación de todos los galardonados. Junto a otros seis compañeros, su tutor y el director del colegio, Raúl Rojo, intervino ante más de un centenar de personas para agradecer el galardón a su familia, sus profesores y el resto del centro.

Una vivencia emocionante que tanto este alumno como Paulina siempre recordarán, al igual que los docentes, quienes destacan su responsabilidad e implicación educativa y los definen como esos escolares a los que «todo profesor le gustaría tener en el aula».