El mercurio del termómetro ya alcanza un nivel muy elevado, pero esta cuestión no es óbice para que los amantes del deporte deseen practicar un ocio saludable en la ciudad del Ebro. Ahora bien, la oferta de actividades para ejercitarse durante el verano resulta muy escasa. De hecho, el Ayuntamiento únicamente ha programado clases de zumba y aquagym en las piscinas de Anduva por las mañanas, aunque también hay algún evento musical como el de este fin de semana en el recinto de Los Ángeles. Esta situación deja al municipio del norte de Burgos a la cola en cuanto a cursos deportivos durante la época estival, en comparación con todo su entorno.
En pequeños municipios que están muy cerca de Miranda, los ayuntamientos han organizado multitud de cursos para ejercitarse en las piscinas municipales. Por ejemplo, en Haro hay desde aquasuaves a aquagym, pasando por cuatro categorías distintas de cursos de natación. Incluso en localidades con una población todavía más reducida, como Lantarón o Ribabellosa, esta oferta también resulta claramente superior a la de la ciudad burgalesa. En el primero de estos pequeños pueblos hay hasta cuatro tandas de talleres repartidas por todo el verano para que los más pequeños mejoren sus habilidades en el agua. En el segundo, se pueden encontrar dos de estas actividades para los menores, que se complementan con una tercera modalidad destinada a toda la familia.
Y no solo eso, sino que fuera del agua los municipios del entorno de Miranda también abogan por una programación diversa. El Ayuntamiento de Haro ha incluido en el programa del periodo estival de 2023 cuestiones como aeromix, balance, gaptono, pilates para todos los públicos y para embarazadas, clases de bicicleta estática y pádel en varias tandas distribuidas por edades. Por su parte, Ribabellosa ha apostado porque sus abonados puedan disfrutar de talleres de yoga, marcha nórdica, danza, gimnasio y hasta entrenamiento de tonificación. Igualmente, Lantarón ha ampliado la oferta veraniega para dar cabida a la escalada para principiantes, el pádel, el tenis e, incluso, la equitación.
Mientras tanto, Miranda no cuenta ni con una sola actividad ofertada por el Consistorio que esté relacionada con el deporte fuera del agua. Además, en la comparación con el resto del entorno, si se atiende a las localidades de mayor tamaño, la ciudad del Ebro muestra un peor balance, si cabe. La administración municipal de Vitoria, a lo largo de sus muchos centros públicos, ha distribuido en torno a medio centenar de actividades, cursos y talleres para ejercitarse.
En este sentido, la capital alavesa posee un repertorio tan amplio que ha organizado hasta deportes casi desconocidos por la mayoría de ciudadanos. Por ejemplo, durante el mes de julio se están llevando a cabo cursos de aquapaddle, una disciplina que consiste en mantener el equilibrio sobre tablas que se asientan en el propio agua de una piscina.
Unido a ello, si los mirandeses viajan unos kilómetros más lejos, a la capital de su provincia, también se encuentran con una realidad muy parecida a la de Vitoria. En Burgos, el Ayuntamiento muestra en su página web que a lo largo del periodo estival los vecinos se pueden apuntar hasta a ocho categorías diferentes para ejercitarse en el agua y, en total, contando las disciplinas que se llevan a cabo en tierra firme, hay un grueso que alcanza las dos decenas de talleres programados.
Únicamente yoga para el invierno. Todos los ayuntamientos trabajan en la programación de cara a los meses de frío y el de Miranda ya ha informado sobre los talleres principales que ofertará. Al margen de los cursos de natación para niños, que aún no se han cerrado ni anunciado, en la ciudad del Ebro por ahora solo habrá yoga. Y esta actividad no estará organizada ni siquiera por la Concejalía de Deportes.
El departamento de Cultura, como en ejercicios anteriores, se ha encargado de incluir en su catálogo este evento, junto a otras disciplinas que poco tienen que ver con el ejercicio físico, como la fotografía, la cerámica, el diseño, la encuadernación y la pintura. La inscripción estará abierta entre el 21 de agosto y el 8 de septiembre.