Diario de Burgos

Vecinos de San Julián urgen una solución al paso de coches

C.M. / Burgos
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Plantean la colocación de bolardos; mientras, los comercios se quejan de falta de luz y de la suciedad

Los residentes tienen que tener cuidado cuando salen de los portales. - Foto: Miguel Ángel Portilla

Un año y medio es tiempo suficiente para que los conductores se acostumbren a que la calle San Julián se convirtió en peatonal. Sin embargo, son muchos los que la siguen usando para atajar desde el bulevar sin hacer caso a la señal que indica que solo se puede ir a pie y únicamente pueden pasar vehículos autorizados, los que van a los garajes o de emergencias. Los vecinos, a través de sus administradores de fincas han reclamado una solución al Ayuntamiento, que podría pasar por la instalación de bolardos como existe en otras vías de la ciudad.

Viandantes y residentes se están llevando algún que otro susto cuando salen del portal o del garaje, así como también de los diferentes establecimientos comerciales que hay en esta vía. Algunos conductores se han tomado como un hábito coger esta calle desde el bulevar para salir a San Pablo y evitar dar un rodeo. Lo cierto es que una señal advierte del uso exclusivo para el acceso de vehículos autorizados pero se hace caso omiso. En el otro extremo de la calle se ha colocado un semáforo, de modo que cuando está rojo se llegan a juntar en hasta cuatro o cinco vehículos. «Cuando peatonalizaron la calle fue una ilusión, ya que se llevaba tiempo pidiendo desde hace tiempo, pero la realidad ha sido distinta porque los coches siguen pasando. Pensábamos que iban a poner pivotes pero ha ido pasando el tiempo y no ha sido así», aseguró Diego Montoya, uno de los vecinos. 

Los residentes reiteran que se usa esta vía como zona de paso y los vehículos van a una velocidad elevada. «Los coches cruzan de lado a lado para ahorrarse semáforos y hay que tener mucho cuidado al salir del portal», añadió. 

Tienen la sensación de que prácticamente pasan los mismos vehículos que cuando no era peatonal. «La calle peatonal ha pasado de ser para pasear y andar tranquilo a un campo de batalla».

A ello se añade que en ella hay un colegio, así como la sede de la Asociación de Enfermos de Alzheimer de Burgos (Afabur), lo que complica más la situación. Además residentes y comercios se quejan de la suciedad. Desde que se ha convertido en peatonal las mascotas que pasean por ella junto a sus dueños y dejen regueros de orines, que han acabado por solidificarse. También hay restos de envases o plásticos en el suelo al no haber papeleras. «El lunes llamamos para que vinieran a limpiar», aseguran desde el comercio Avalon. 

Desde la mercería Dedales insisten en la suciedad del suelo y en que no hay farolas.