Diario de Burgos
Editorial

El contexto general pide a gritos una 'embarcación' fiable y estable

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La 'pelota' de la gobernabilidad cambia de tejado. Y es que hoy, muy previsiblemente, el candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, volverá a no encontrar los votos suficientes para ser investido como presidente del Gobierno, después del primer «no» hace 48 horas. Es turno, por tanto, del PSOE de Pedro Sánchez y del resto de formaciones que conforman un conjunto –como poco– heterogéneo y variopinto, con el fin de hallar la cuadratura del círculo que supone ser el máximo responsable del Ejecutivo nacional con 121 diputados por los 137 de su máximo rival político.

El todavía presidente en funciones no alberga dudas, y aunque no ha querido alzar la voz más de lo debido, en las últimas horas sí se ha mostrado convencido de que el pacto de investidura con nacionalistas catalanes y vascos –entre otros– terminará fraguándose. Sánchez, que ha celebrado «la derrota de la propuesta reaccionaria del PP y Vox», tiene claro que repetirá al frente de «ese gobierno de coalición progresista dentro de poco tiempo». Según ha trascendido, la intención es pisar el acelerador y agilizar en todo lo posible en tiempo y forma la investidura en la segunda quincena de octubre, antes del juramento de la Constitución por parte de la Princesa Leonor, prevista para el día 31 del próximo mes. El líder de los socialistas, por tanto, se lanza a la piscina y da por firmado el pacto tanto con ERC y Junts, como con Bildu y el PNV. Eso sí, sin despejar todavía la incógnita de más difícil resolución, es decir, encontrar el encaje democrático y jurídico a la amnistía. El moral, en una gran parte del pueblo español, ya lo tiene perdido.

Los independentistas van a intentar seguir apretando la tuerca en la búsqueda constante de la mayor rentabilidad de su «sí» a Sánchez. De hecho, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya han acordado una propuesta al alimón para que no se apoye ninguna investidura que, previamente, no se haya comprometido a establecer las condiciones para celebrar un referéndum. Más leña al fuego, más exigencias...

Con todo, el actual PSOE en manos de Sánchez –al que este debate ha pasado factura– debe entender que lo importante no es solo lograr la investidura, que terminará llegando pese a todo, sino gobernar para cuatro años. Cosa que parece hartamente complicada viendo los 'marineros' con los que va a contar para remar. Algunos, antes de empezar, ya amagan con hacerlo en el sentido contrario del bien común (y notablemente mayoritario) de todo un país. Situación compleja y delicada, ya que España se encuentra en uno de los contextos más difíciles de los últimos años. Cuando las aguas andan revueltas se necesita una embarcación consistente y fiable, no un barquichuelo con poco orden y poco concierto.