Diario de Burgos

Un viaje por el desierto de la solidaridad

DIEGO PÉREZ LUENGO / Burgos
-

Ciro de la Peña y Alejandro Juez son dos estudiantes de ADE que se lanzarán a la aventura solidaria de recorrer Marruecos con un coche de casi 40 años para repartir juguetes a su paso

Los burgaleses Ciro de la Peña (i.) y Alejandro Juez se embarcarán en un rally universitario por etapas con este Ford Fiesta del año 83. - Foto: Luis López Araico

El desierto de la solidaridad tiene un recorrido concreto, pero deja a su paso miles de sonrisas sin límites. La travesía por Marruecos es larga y complicada, pero tiene paradas estratégicas para repartir felicidad. Y con esa felicidad, con el motor incombustible de un niño sonriendo, se puede llegar a cualquier sitio. Por muy lejano que sea, por muchas dunas que tenga, por mucho dinero que cueste prepararse.

El desierto de la solidaridad se llama UniRaid y los aventureros dispuestos a explorar todas sus incógnitas son Alejandro Juez y Ciro de la Peña. El 10 de febrero lo tienen marcado en el calendario desde que lanzaron la idea a ese cementerio de vuelos que suelen ser las suposiciones en caliente. Comiendo una pizza se les ocurrió unirse a este proyecto y ahora están, como dos niños pequeños, juntando todas las piezas que les hacen falta para convertir ese sueño en realidad.

Empezaron de cero, con la precariedad económica que puede tener un estudiante y poco a poco se han ido haciendo con patrocinadores, ideas y un coche. Una reliquia para ser más exactos, una joya del pasado a la que le han dado otra oportunidad para brillar. Un Ford Fiesta del año 83 que conserva todo su esplendor. Cuando abren el capó el sonido de los muelles es auténtico, la chapa es de verdad y la sencillez de sus mecanismos es una maravillosa simplicidad para poder reparar en caso de avería.

Son más de 2.000 kilómetros los que tienen que recorrer en nueve etapas. Allí se encontrarán con personas llegadas desde varios puntos de la geografía europea para acompañarles en su camino. En cada jornada dejarán un pedacito de ellos mismos para generar felicidad. Porque juguetes del pasado que buscan recolectar de voluntarios y con los que tratarán llenar el coche, son la ilusión de niños que se conforman con muy poco. Que te regalan una mirada llena de gratitud y que son capaces de darte toda la energía necesaria para completar un recorrido cuanto menos imprevisible.

Su vehículo, no llega a los 50 caballos, necesita remodelaciones y va a tener que enfrentarse a todos los paisajes que se concentran en la diversidad multicromática que es Marruecos. Para ello, estos dos jóvenes emprendedores, han tenido que reunir en torno a unos 5.500 euros, para costearse también las inscripciones que les incluye asistencia en caso de fallos con el coche.

Quieren que el proyecto sea uno de esos abanderados por el orgullo burgalés. Quieren que todos los patrocinadores que envuelvan de logos y pegatinas la chapa azul de su Ford Fiesta sean locales. Su matrícula, representará el nombre de Burgos para servir de guía lejos de casa y los juguetes que quieren recaudar, esos da igual de donde vengan, pero quieren que no les quepa en el maletero de esa reliquia. Alejandro y Ciro cuentan ya los días para echar a rodar, para alejarse rumbo a un país con mucho que descubrir. Esperan acabar el desafío, esperan más patrocinios y sobre todo, esperan ser esa esperanza viva en el desierto de la solidaridad.