Diario de Burgos
Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


«A las cosas… argentinos» (y españoles)

24/10/2023

Lo decía José Ortega y Gasset en Buenos Aires el año 1939. «A las cosas… déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos…». Se lo decía a los argentinos, pero también a los españoles en aquellas circunstancias del fin de la guerra (in)civil y el principio de la II Guerra Mundial. Ese grito de «a las cosas», nos sirve también 85 años después en la actual coyuntura española (y argentina) embargada por la aritmética que complete una mayoría de investidura que requiere de la complicidad de docena y media de partidos, cada uno con sus intereses personales, sus suspicacias y sus narcisismos.

«Las cosas» son lo cotidiano, lo que preocupa cada día a la mayoría, los precios, el empleo, los trámites, las listas de espera… que apenas merecen atención en el debate entre los políticos, dedicados a la confrontación por ocupar más poder, por disponer de más influencia. De las cosas se habla poco, sustituidas por intereses narcisistas de exculpación por errores cometidos de los que no se arrepienten. La investidura, y por tanto el fracaso de una cita electoral, pende de una amnistía que es rechazada por una amplia mayoría de ciudadanos, que consideran que saldrá adelante porque los políticos la necesitan para seguir en el poder.

El distanciamiento entre las aspiraciones de la mayoría y los intereses de la minoría crece a medida que alcanzar el poder se hace más difícil y exige negociaciones muchas veces inconfesables. No faltan los que defienden hoy lo que rechazaron ayer, sin explicaciones razonadas del cambio de posición. 

Lo que domina el debate político no coincide con la lista larga de las preocupaciones de los españoles según todas las encuestas disponibles. La propuesta de Ortega, su llamada «a las cosas» recupera su vigencia a estas alturas del siglo, cuando la incertidumbre domina el escenario internacional y nacional, sacudido por una presión informativa al segundo con noticias falsas que crean emociones y se imponen sobre las ciertas que requieren reflexión y explicaciones. 

La historia no se repite, las comparaciones de distintos períodos históricos sirven solo para aprender y no para repetirse, pero el comentario de Ortega hace noventa años merece atención y reflexión.