La imagen que ofrece el edificio de los sindicatos, ubicado en plena calle San Pablo, es realmente mala. Su estado precario provocó que a principios de 2019, es decir, hace ya cuatro años y medio, el Gobierno tuviera que actuar de urgencia para evitar posibles percances. Por aquel entonces se instaló una marquesina a la altura del segundo piso y un mallado de protección en la zona más alta del inmueble para evitar peligros a los transeúntes.
Es ahora cuando la Sociedad Mercantil Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio (Segipsa), entidad pública adscrita al Ministerio de Hacienda y titular del edificio, ha lanzado un contrato para renovar cerca de una veintena de sedes sindicales por todo el territorio nacional. En el caso de la de Burgos se prevén invertir algo más de 2 millones de euros para mejorar la eficiencia energética del inmueble y acondicionar la fachada.
Desde las filas sindicales celebran la decisión del Ejecutivo, que llevaba años dilatando una actuación tan necesaria como imprescindible para el normal funcionamiento de este centro de trabajo. El próximo mes de octubre se celebrará una reunión informativa en la que los técnicos que han redactado el proyecto explicarán a los inquilinos del inmueble los pormenores de la obra, que deberá compatibilizarse con el día a día del interior. Las actuaciones ahondarán en la mejora de los aislamientos de la fachada para evitar gastos innecesarios tanto de calefacción como de aire acondicionado. Además, pondrán fin a la marquesina que protege a los viandantes de posibles desprendimientos. Meses atrás técnicos de Segipsa se desplazaron hasta Burgos para realizar catas y estudios que les permitieran conocer más a fondo el estado del mismo.
Largo recorrido. El problema salió a la luz tras encargar tanto UGT como CCOO un informe dentro de la evaluación de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) que obliga el Ayuntamiento años atrás. El documento relevó múltiples deficiencias en el inmueble, así como la presencia de «piezas agrietadas, despegadas y con desplazamiento hacia el exterior» en el pórtico de la azotea o las «piedras sueltas» que hay junto a la balaustrada de la segunda planta son las culpables.
Además, también se enumeraron problemas en la cubierta (tejas rotas), goteras y humedades en diversas estancias de los pisos superiores, canalones deformados, agujereados o que incluso se interrumpen y llevan el agua hacia las paredes del edificio, bocas de extinción de incendios vacías.
Algunas de estas cuestiones se han resuelto de manera provisional, aunque el grueso de actuaciones aún no se ha culminado. Es más, el paso del tiempo, más cuatro, a buen seguro que no es el mejor de los aliados. Patrimonio Sindical Acumulado es un organismo del Estado encargado de gestionar más de medio millar de inmuebles que pertenecen al país, pero que se ceden a estas organizaciones. En 2021 ya invirtió en la renovación de los ascensores de la sede de la calle San Pablo.