La convocatoria de las próximas elecciones generales trae un pequeño reajuste en la distribución de escaños: Valencia tendrá uno más (16), que lo pierde Badajoz (5), ya que la suma tiene que seguir siendo 350. El mensaje es muy claro, la caída de población implica pérdida de poder. Esta noticia coincide con el anuncio de otra gigafactoría en Valencia, donde Tesla invertirá 4.500 millones, que se suman a la de Volkswagen. Todo esto regado con dinero público procedente de los fondos europeos destinado al coche eléctrico.
Nada es por casualidad; ni una maldición bíblica, ni un capricho meteorológico; no. Es consecuencia de un virus político llamado abandono, que comienza con la falta de oportunidades laborales y de formación, progresa con el deterioro de servicios públicos, deriva en despoblación y desemboca en muerte por ausencia de vida.
Mientras Valencia, por ejemplo, acumula inversiones milmillonarias que generarán miles de empleos que vaciarán otras regiones, como hizo Sagunto con Teruel el siglo pasado, los debates de Castilla y León dan vergüenza. A qué espera la Junta para la creación del grado de Medicina en Burgos y León, cuando es evidente la necesidad de médicos, entre otras razones por el envejecimiento de la población, si ya hay hospital y universidad. Y para mayor desgracia, tenemos un gobierno de coalición, con un vicepresidente que se ha convertido en el hazmerreír de la política española, con una capacidad sorprendente de agrandar problemas, como la crisis bovina.
El último censo (2022) ubica en Castilla y León a 2,37 millones de personas, 10.500 menos que un año antes, que le permiten elegir a 22 diputados entre las nueve provincias. La Comunidad Valenciana supera 5,1 millones, con un aumento de 54.042 en el mismo periodo, que le dan para 33 escaños. El doble de población no lleva al doble de asientos, porque la ley protege a las provincias pequeñas. Pero, al ritmo de pérdida de habitantes que van, Zamora, Palencia y León corren el riesgo de perder un escaño.
El Gobierno central se ha tomado la despoblación como un tipismo rural con el que hacer marketing. Nunca hubo tantos ministros en Soria, pero de excursión, no a inaugurar obras. La Junta, la anterior y la actual, no se interesa ni por la propaganda. Están muy entretenidos vigilando al marinero con bote en Puerto Chico. Con este panorama, conviene echarse a la calle el martes 13.