Lejos de ser catalogado como un espejismo, la tendencia demográfica al alza de la provincia en los últimos dos años y tres meses es un hecho. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó ayer que Burgos encadena diez trimestres aumentando su población de forma sostenida. Es más, el incremento de habitantes entre los pasados julio y octubre es el más elevado en los últimos tiempos: en este periodo la provincia sumó 2.172 vecinos hasta alcanzar los 358.841.
Esta cifra, inédita desde hace más de un lustro -julio de 2016- está sostenida única y exclusivamente en el empuje que están ejerciendo los ciudadanos extranjeros. Tomando como referencia octubre del año pasado, esta comunidad ha crecido en 7.892 individuos hasta los 45.809. Su presencia es la mayor desde que el INE tiene datos y ya representan más de uno de cada diez vecinos censados en Burgos. Por contra, los nacidos dentro de los límites del territorio nacional no hacen más que descender: su en octubre de 2022 el Instituto Nacional de Estadística notificó 317.140 españoles, doce meses después han bajado hasta los 313.032. El descenso de más de 4.100 individuos -4.108 para ser exactos- deja clara la vital importancia que tiene para la demografía provincial la llegada de personas extranjeras para no colapsar.
Si abrimos más el abanico y tomamos como referencia el inicio de esta evolución positiva, julio de 2016, Burgos ha incrementado su población en 3.794 vecinos. Por aquel entonces el INE registró 355.057 almas, muy lejos de las 374.808 que se llegaron a certificar en enero de 2009. Ese fue, hasta la fecha, el punto más álgido en cuanto a población se refiere en la provincia. Desde ese momento se inició un desplome que se suavizó a mediados de 2018 (...).
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