La Junta de Castilla y León anunció hace unos días que estudiará la posibilidad de implantar un control de huella digital en las casas de apuestas para tener un mayor control de las personas que se encuentran en el registro público en el que se inscriben adictos al juego para que les prohíban la entrada. Pero las asociaciones de atención a la ludopatía recelan de una medida que consideran insuficiente. Un brindis al sol teniendo en cuenta que tienen detectados numerosos casos en los que los locales han permitido el acceso a usuarios que aparecen en esa 'lista negra'. Algunos de ellos están incluso en los tribunales.

El caso más flagrante es el de un adicto al juego que llegó a acceder sin muchos problemas a cinco de los seis salones de apuestas en los que lo intentó. Esta persona concreta, que ha puesto en manos de la justicia su caso, se inscribió en el registro público de adictos al juego para impedir que le permitiesen la entrada a los salones de juego de Burgos. Lo hizo tras someterse a tratamiento para lograr desengancharse, cosa que logró. Sin embargo, tras una recaída, acudió a varias salas y consiguió acceder a la gran mayoría sin que le pusieran ningún impedimento, según demanda.

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