Diario de Burgos

Los hosteleros de Aranda no hallan personal para el verano

L.N. / Aranda
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La presidenta de Asohar lamenta que no hallan mano de obra «ni cualificada ni sin cualificar» para cubrir el Sonorama y fiestas varias. En el conjunto de sectores se estima que los contratos aumentarán un 15%

Las terrazas, sobre todo las de los establecimientos del centro de Aranda, registran una elevada ocupación. - Foto: Luis López Araico

Con el verano a la vuelta de la esquina, varios sectores comienzan a buscar personal para reforzar sus plantillas en Aranda y la Ribera del Duero, ya sea porque su carga de trabajo se eleva en julio y agosto o porque necesitan cubrir las vacaciones de sus equipos. En Eurofirms estiman que las contrataciones aumentarán un 15% respecto al año pasado. Mariluz Fernández, su responsable en Castilla y León, destaca «un cierto incremento de necesidades por parte de las empresas de la zona», en alimentación, química o el ámbito vitinícola, que demandan personal de mantenimiento, administrativos u operarios de producción, entre otros. También aprecian «cierta escasez de perfiles», sobre todo si requieren cualificación específica.

En esas se halla la hostelería, uno de los sectores que cada verano tiende a sumar refuerzos, ya que en junio se celebran las jornadas del lechazo asado y, acto seguido, llegan multitud de eventos, con Sonorama Ribera y las fiestas patronales de Aranda como los más destacados. Sin embargo, arrastran una preocupante falta de personal. La presidenta de la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera, Nuria Leal, admite que viven «con impotencia» este panorama. Remarca que sí, que deberían aumentar las contrataciones «pero no se encuentra mano de obra cualificada ni sin cualificar». Así que cada vez más establecimientos recortan horarios. En lo inmediato, con la apertura de las terrazas, la mayoría de establecimientos suma al menos un 10% de empleados... si lo consiguen. Porque, como lamenta Leal, «apenas llega uno o dos currículums» para cualquier oferta, ya sea de cocineros o camareros. «Estamos en un momento complicado. Ya lo que pedimos es gente con ganas de trabajar y que sean responsables», añade, al tiempo que reconoce que la escasez de mano de obra se ha agravado de tal manera que si las empresas de hostelería encuentran personal, lo mantienen todo el año para así estar cubiertos los meses de verano pese a correr con más gastos.     

Otro de los sectores que atraviesa dificultades para sumar trabajadores es la construcción. Eduardo López, vicepresidente de la patronal arandina Asecon, lamenta que en este momento «todo el mundo busca gente, pero no hay». A su juicio, «el panorama cada vez va a peor» porque «quedan menos empresas» (por jubilaciones) y tampoco se encuentra relevo. «En la construcción no le faltaría trabajo a nadie, pero es que nadie quiere estar en este sector», advierte, mientras precisa que se necesitan carpinteros, electricistas o encofradores. Asimismo, estima que harían falta un centenar de albañiles en Aranda. Sin embargo, al no hallar profesionales se dan casos de empresas que no pueden asumir tantos trabajos como les solicitan. En estas circunstancias, López remarca que las contrataciones no se ciñen al verano sino que serían indefinidas porque «para la construcción es temporada alta todo el año». 

Mientras, en otras grandes empresas que operan en la capital ribereña no se producen contrataciones adicionales en verano. Es el caso de Michelin, donde detallan que no trabajan «con sistemas de contratación temporal para campañas o para periodos de vacaciones». Tampoco en Tubos Aranda tienen previsión de emplear a corto y medio plazo.Además, en vacaciones se cierra su fábrica. 

¿Y las bodegas? En el sector bodeguero, el aumento de las contrataciones llegará en septiembre, tanto para la vendimia como para preparar los pedidos de Navidad,  como remarca el presidente de Asebor, Iker Ugarte. En cuanto a enoturismo, su periodo de mayor auge comienza en octubre. Eso sí, las visitas llegan  durante todo el año. Para el presidente de la Ruta delVino Ribera del Duero, Miguel Ángel Gayubo, «es una suerte que la gente no venga solamente en agosto».