Aunque la sociedad asume que las políticas relacionadas con la nueva movilidad y con la transición hacia un modelo energético limpio son imparables, también es una evidencia que el proceso iniciado en todo el mundo será más lento de lo esperado inicialmente tanto por las administraciones como por los expertos.

Uno de los pasos fundamentales para llegar a los objetivos es la sustitución de los vehículos de combustión por aquellos considerados de 'categoría 0'.Y el asunto no pinta bien en un horizonte a medio plazo, tal y como refleja el informe realizado por la patronal que integra a las asociaciones de concesionarios oficiales de las diferentes marcas.Faconauto pone el acento en la desbocada edad media del parque móvil nacional, una circunstancia que también afecta a Burgos.

La antigüedad de los vehículos en la provincia alcanzaba los 14,7 años en el comienzo del año en curso, mientras que la media nacional entonces era de 13,5 años según los datos ofrecidos por Dirección General de Tráfico.

La incertidumbre económica en la que está sumida el planeta desde el estallido de la pandemia, los precios de los carburantes, las dudas sobre la implantación de algunas de las tecnologías del futuro y la inflación que afecta actualmente al bolsillo del consumidor son factores que se dejan notar en la compraventa de nuevos modelos y en unas estadísticas más que reveladoras.

Según los datos compartidos por Faconauto, la provincia de Burgos supera 197.000 vehículos y de ellos solo 827 lucen la etiqueta '0Emisiones', aquella reservada a los eléctricos, híbridos enchufables y de combustión de hidrógeno. La cifra, elocuente a primera vista, resalta aún más teniendo en cuenta que 65.080 vehículos circulan en este momento sin ningún distintivo medioambiental.Son aquellos turismos de gasolina matriculados antes del año 2001 que no cumplen con la normativa Euro 3 y los diésel anteriores a 2006 que no cumplen con la normativa Euro 4.

(Más información en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)