Diario de Burgos

Una España europeísta

Agencias
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El Gobierno llega a la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE con la decisión de convertirla en un instrumento útil que mejore la vida de unos ciudadanos que siempre sehan sentido orgullosos de formar parte de los Veintisiete

En España la pertenencia a la Unión Europea está fuera de toda discusión. - Foto: EFE

Desde que en 1986 España se incorporara a la Comunidad Europea (como se denominaba entonces a la UE), la sociedad española ha dado repetidas muestras de apego a Europa, ganándose el calificativo de europeísta. Ahora llega el momento de que el país asuma la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea y lo haga con humildad y gratitud, pero también con ambición, decidida a hacer de esa dirección un instrumento útil que mejore la vida de la ciudadanía.

España tendrá que capitanear hasta final de año las discusiones sobre la posible adhesión de Ucrania, las sanciones a Moscú y avanzar en cuestiones como la industrialización del bloque o el pacto migratorio.

Los principales partidos políticos también se sienten convencidos en cómo valoran las actuaciones concretas de la UE, salvo Vox que cuestiona el excesivo control que emana de las instituciones.

A diferencia de lo que ocurre en otros Estados, según subrayan analistas, politólogos y profesores, en España la pertenencia a la UE y su política están fuera de cualquier debate. La cuestión es sencilla: las diferentes formaciones no quieren ir en contra de la opinión mayoritaria de sus votantes, como asegura el investigador principal del Real Instituto Elcano Ignacio Molina.

«En un país que discute por todo, no discutimos de Europa; ni siquiera Vox y Podemos, sus peleas no han sido nunca por Europa y eso que somos un país muy polarizado», sostiene. «Aquí nos peleamos por la religión, por el sí es sí, por los toros...», mientras que en Italia, Suecia o Francia discuten sobre Europa y todos sus asuntos.

Este analista señala que el grupo liderado por Santiago Abascal «no es europeísta, pero no es anti», mientras que para Podemos, que tampoco era muy partidario, «la UE nunca ha sido un enemigo como lo ha sido la casta, el Ibex 35 o el palco del Bernabéu».

De hecho, Molina recuerda que el «estreno político» de la formación morada fue precisamente en la UE, con los cinco escaños que lograron en las elecciones de mayo de 2014, uno de ellos inicialmente ocupado por Pablo Iglesias.

De Sumar «aún se sabe poco», pero Yolanda Díaz ha integrado en su equipo al eurodiputado de Catalunya en Comú Ernest Urtasun, diplomático europeísta, lo que «da señales de por dónde va».

Muy revelador también es el hecho de que los nacionalistas catalanes «presumen de ser los más europeístas, mientras que el PNV siempre tiene la bandera de la UE».

En cuanto a PP y PSOE, los dos son europeístas y pertenecen a grupos muy potentes e influyentes en el Parlamento Europeo, aunque practican un europeísmo distinto: el progresista es más federalista y basado en reforzar el Estado de bienestar y la política exterior de la unión, mientras que el conservador considera la UE el lugar de los valores occidentales, el capitalismo y la relación con Estados Unidos. En el Parlamento Europeo Vox está en un grupo «que no es antieuropeo. No es que lleve en vena lo del europeísmo, pero no se le ha escuchado ninguna afirmación antieuropea».

Mientras, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, «se ha hecho una mujer de Estado en el Gobierno y ha comprendido que la UE es necesaria, con lo que Sumar nace con un cierto europeísmo».

Por su parte, los nacionalistas moderados han «integrado» la UE y la utilizan para llevar su programa ideológico en favor de la Europa de las regiones y de los pueblos, siempre desde su propio interés. «Por no decir de (Carles) Puigdemont, al que la UE está salvando económicamente y le sirve de altavoz», añade.

En los temas clave de la UE, la política exterior en general, pero sobre todo la europea, es de consenso entre los dos grandes partidos y en mayor o menor medida Sumar se ha unido a esa línea de proeuropeísmo.

Así, entre PSOE y Sumar, y PP «hay pequeñas diferencias» en algunas posiciones, como en el Pacto de Migración y Asilo, en el que el grupo que dirige Alberto Núñez Feijóo «tiende a ser más favorable del control de las fronteras, y el de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz más favorables a la flexibilización de estas políticas y la compartimentación del reto entre los Estados miembros». También difieren algo en materia de fiscalidad.

En conclusión, en las elecciones generales en España, el tema europeo influye entre cero y nada.