La Policía Local sufre un terremoto interminable. En medio de un conflicto laboral entre la plantilla y la Concejalía de Seguridad Ciudadana explota un nuevo asunto que implica directamente al actual subinspector, que en definitiva es el jefe del servicio porque por encima de él no hay nadie. Un vecino de la ciudad con antecedentes penales le ha denunciado por una supuesta extorsión y coacción, tal y como consta en el escrito registrado en el juzgado al que ha tenido acceso Diario de Burgos.

Además, dada la gravedad de las acusaciones, hay otros agentes que también podrían tomar medidas judiciales contra el jefe policial porque, siempre según la denuncia, reveló secretos de ellos para que el denunciante, supuestamente, cometiera acciones «que pudieran ser constitutivas de delito» contra ellos.

En el mismo escrito también se afirma que se han entregado pruebas como capturas de los mensajes cruzados y también audios que vendrían a acreditar la existencia de esa extorsión. Todo está registrado ahora en sede judicial y será el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Miranda el que deba determinar si abre una investigación y ordena diligencias o archiva la denuncia. El denunciante manifiesta que llegó a tener una relación de «amistad» con el mando y que el jefe policial,  siempre según la versión remitida al juzgado, le habría hecho favores como permitirle conducir sin carné, avisarle de los controles de la Guardia Civil o revelarle qué día había menos patrullas en la calle. 

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