Diario de Burgos

Un estudio eleva a 822 los emigrados a América en el s. XVIII

A.C. / Medina de Pomar
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Tras bucear en el Archivo Histórico de Burgos, Juan Carlos Maestro ha superado con mucho las cifras de otros historiadores sacadas del General de Indias y que situaban en 218 los viajeros de toda la provincia

Una investigación eleva a 822 los emigrados a América en el siglo XVIII desde Las Merindades.

Julián Ruiz Rivera, catedrático de América ya jubilado de la Universidad de Sevilla y natural de Pradoluengo, ya detectó cómo en el Burgos del siglo XVIII tres territorios fueron los que reunieron mayor número de emigrantes a las Américas. Fueron la capital burgalesa, el municipio de Belorado, en especial la localidad de Redecilla del Camino, y Las Merindades. La tesis doctoral de Juan Carlos Maestro Castañeda, sobresaliente cum laude, ha ido mucho más allá que anteriores investigaciones que contabilizaban 218 emigrantes de toda la provincia en la centuria de 1700 a 1800 y ha aflorado nada menos que un total de 822 emigrantes que partieron solo desde Las Merindades hacia el nuevo continente.

Su trabajo, codirigido por María José Zaparain, de la UBU, y Jesús Turiso, de la Universidad Veracruzana, se titula 'Hidalgos, aventureros y mecenas. Burgaleses norteños en América durante el siglo XVIII, proyección cultural y social en su tierra de origen'. En él logra gracias la cantidad de detalles sobre los viajeros que se daban en los libros de pasajes a Indias, describir un biotipo de quienes se iban en busca de fortuna. La gran mayoría, 796, fueron hombres, frente a solo 26 mujeres. La media de edad era de 22 años, pero la realidad es que «muchísimos partían con 12 ó 14 años», como relata este apasionado del fenómeno migratorio a América, en el que piensa seguir buceando, ahora en busca de los datos de la capital burgalesa. De Merindades salían hombres «con buen cuerpo, altos, de ojos pardos, nariz gruesa, pelo negro...» y algunos alcanzaron gran fortuna con el comercio.

La explicación de por qué se concentraron tantos emigrantes en Merindades, Maestro la sitúa en la cercanía a toda la franja norteña, el País Vasco y Cantabria, que junto con Galicia, fueron el gran foco de emigración a América. En la comarca, su trabajo descifra como el Valle de Mena, el más cercano a Vizcaya, fue el mayor exportador de aventureros y de allí salió el 34% de los 822 localizados por Maestro.

La Merindad de Castilla Vieja, ahora Villarcayo, fue el segundo punto con más emigrantes, con un 12%, seguido de la Merindad de Valdivielso, con un 11,5%. El tercero fue Medina de Pomar, con 8,6% y los siguientes, Montija, con un 7,1%, y Espinosa, con un 7%.

Asimismo, el gran crecimiento demográfico de la comarca y la falta de tierra suficiente para alimentar a tantas bocas también espolearon la emigración junto con las reformas de la monarquía en el siglo XVIII que potenciaron especialmente la economía en América.

¿Dónde logró Maestro localizar a los emigrantes que anteriores investigadores no habían hallado? La respuesta a esa pregunta se encuentra especialmente en el Archivo Histórico Provincial de Burgos, donde con paciencia de ermitaño ha leído centenares de protocolos, los documentos donde los burgaleses dejaban constancia de sus testamentos, poderes, limpiezas de sangre que se realizaban para legitimar la descendencia, cartas de llamada a familiares... Sus antecesores se basaron, sobre todo, en el Archivo General de Indias, donde se guardan los datos del pasaje legal. Pero en los protocolos provinciales queda constancia de que «la emigración ilegal fue mucho mayor que la legal», como señala el historiador burgalés, quien destaca que su trabajo «viene a demostrar la importancia de los archivos provinciales para la investigación de la emigración a América».

Para comer. Casi todos los hombres se mantuvieron solteros en el nuevo mundo y desde allí llamaban a sus sobrinos para continuar con sus negocios. Al tiempo liberaban a la familia de una boca más que alimentar. «Para ganar que comer» era una de las frases que decían quienes emigraban para explicar sus motivos, según Maestro.

Muchos encontraron fortuna, como Manuel Díaz de Sarabia y su hermano Ignacio, de Villarcayo. El primero fue uno de los comerciantes más importantes del Consulado de Cádiz. Con 16 años ya trabajaba en las oficinas municipales de Madrid y con 20 partió a América. Francisco Martínez Vallejo, de Carrasquedo de Mena, fue nombrado Marqués del Castillo de San Felipe. Francisco de la Garza y Cartes, de Valdenoceda en Valdivielso, fue marino, ingeniero y cosmógrafo. Fue llamado a participar en la expedición que determinaría los límites de los territorios de España y Portugal en América, aunque una enfermedad de se lo impidió. Trabajó para la compañía guipuzcoana de Caracas y compró la fábrica de Valdenoceda que confeccionaba mantas para América. Francisco García de Huidobro, de Quecedo, también Valdivielso, fundó la Casa de la Moneda de Chile y murió siendo el hombre más rico de aquel país. También de Valdivielso, de El Almiñé, salió Felipe Ruiz Puente y García de la Yedra, el primer administrador militar español en las islas Malvinas.