Diario de Burgos

El mayor consumo de coca se da entre varones de 30 a 40 años

Angélica González / burgos
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La accesibilidad a esta droga, la falta de percepción del daño que hace y la vinculación a contextos festivos han contribuido a la generalización de su presencia y a que sea la primera sustancia que utilizan quienes piden ayuda para rehabilitarse

Parte de la cocaína incautada por la Guardia Civil en la Operación Leno de 2020. - Foto: Alberto Rodrigo

En el año 2020 y en plena pandemia España fue el tercer país en el que más incautaciones de cocaína se produjeron de toda la Unión Europea (37 toneladas), según el Informe Europeo Sobre Drogas 2022. Se trata de una sustancia, además, que aparece recurrentemente en las diferentes ciudades del país cuando se analizan las aguas residuales y lleva más de dos décadas a la cabeza de las drogas que envían a la gente a Proyecto Hombre Burgos con la intención de deshabituarse. El año pasado no fue una excepción, como se refleja en la memoria de la entidad que fue presentada esta misma semana, y en la que se alerta sobre el hecho de que las personas presentan no solo un consumo abusivo de cocaína sino que en un altísimo porcentaje está combinado con el alcohol.

Quienes llegan son, en su mayoría, varones que tienen entre 40 y 45 años, que llevan entre una década y 15 años, aproximadamente, tomando esta sustancia, y que tienen una vida estructurada y estable, trabajo, apoyo familiar y un nivel económico medio, como explica la directora de la entidad, Marta González, lo que lleva a establecer que el perfil de los consumidores activos son hombres de entre 30 y 40 años: «El hecho de que todos los años sea la principal droga consumida por nuestros usuarios no puede entenderse como que tenga una categoría de 'epidemia' como tal pero es cierto que está muy generalizada en la población y su uso en ese perfil concreto».

¿Las razones de esta normalización? En palabras de González, que la cocaína es accesible, que quienes la toman no perciben que pueda provocar un daño físico o psíquico a corto plazo y que su consumo está asociado a un contexto de fiesta y diversión «y no a la marginalidad y a la delincuencia como otras sustancias como la heroína, por ejemplo».

«La percepción del riesgo es muy baja ante el consumo de cocaína -añade la experta- porque vivimos en una sociedad en la que la tendencia es la búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida y las personas con trastornos por el uso de sustancias no ven más allá que la inmediatez. El sistema de recompensa, refuerzo y placer a nivel cerebral es un área que nos causa una sensación de bienestar y como consecuencia hace que repitamos una conducta que nos genera placer y satisfacción».

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