Diario de Burgos
Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


El desafío demográfico es cosa de todos

26/06/2024

Las previsiones demográficas presentadas esta semana por el INE (Instituto Nacional de Estadística) para los próximos quince años confirman la tendencia apuntada en estos últimos años: un crecimiento poblacional sustentado en la llegada de inmigrantes y un aumento del porcentaje de personas mayores de 80 años. Una evolución que, en términos nacionales, se traduce en un incremento del 10,6% de los habitantes del país en 2040. Pero, como también era de imaginar, esos augurios tienen sus matices grises en determinadas comunidades autónomas. Es el caso de Castilla y León, donde la pérdida de población en las provincias de Zamora, Palencia, León y Salamanca lastrarán el crecimiento del conjunto de Castilla y León.

Conocemos este dibujo demográfico trazado por el INE en vísperas del debate del estado de la Comunidad y a pocas semanas de que, por fin, se celebre el Consejo de Política Fiscal y Financiera, cuya convocatoria será crucial para dirimir los criterios de la financiación autonómica y, sobre todo, para analizar esta importante cuestión de manera multilateral.

Sin duda, la proyección demográfica debe formar parte del debate político nacional y, lógicamente, del autonómico. Son varios lustros en los que Castilla y León hace aguas por ese frente y, por ello, todos los esfuerzos son pocos para taponar la herida. Para empezar, Gobierno y oposición tienen estos días una nueva oportunidad para afrontar una deriva crucial desde un posicionamiento ajeno al interés partidista. Si alguien piensa que la progresiva pérdida de población es la perfecta arma arrojadiza se equivoca de plano, porque se trata de una cuestión de Comunidad que, además, incidirá en la respuesta social y sanitaria con independencia del signo político predominante. Por ello, sería un auténtico punto de inflexión que el debate regional permita, desde el legítimo posicionamiento político, ahondar en los puntos en común para esa hoja de ruta imprescindible. Lo contrario sería, una vez más, la muestra irreverente de que la política útil y la vocación de servicio público son sólo una caricatura y poco más.