Diario de Burgos
Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Ahórreselo si es escrupuloso

01/07/2024

Hace unos días tenía una herida en el labio inferior que se resistía a desaparecer. Vale, nada letal, pero un verdadero incordio, un coñazo auténtico por el día y por la noche. El caso es que no había manera de que la herida sangrante en cuestión se cerrara; la zona no es propicia y, además, saber que uno no tiene que chuparla para que mejore hace que lo haga sin querer constantemente. 

Harto del suplicio (y un tubo de Zovirax después) pido cita con mi médica de familia y la aplicación me la da para ¡10 días después! Tela. 

Con esto puedo hacer varias cosas. Podría haber ido a comerme una tarde entera en urgencias del HUBU para que, lógicamente, me abroncasen por acudir allí con semejante memez. Podría también haber puesto mi granito de arena en colapsar el PAC del Divino Valles pero, además de una llaga supurante, me salió conciencia y me abstuve. Igualmente, podría haber suscrito un seguro médico privado como hacen por miles hoy día nuestros conciudadanos. Pero no lo hice porque, como les cuento con tono grave y digno a los pobres teleoperadores que tratan de colocarme uno, «no me interesa, es una cuestión de principios». 

Así que, ni por lo público ni por lo privado, cargado de conciencia y principios y con la herida palpitándome en el morro como un tantán solo me quedaba la ilegalidad, bueno la semiilegalidad. Ya sabe como funcionan estas cosas: miras por ahí y resulta que lo bueno es una crema que tiene antibiótico pero, claro, solo se consigue con receta, y para pillar una receta necesitas cita y la tuya es en 10 días y el labio es que ya te tiene frito, te está jodiendo de verdad... Pero, como todo el mundo, conoces a alguien que conoce a alguien que tiene una prima y al final logras notar el reconfortante frescor de ese ungüento en tu herida y ver como, en pocas horas, se va esfumando.

No estoy orgulloso de mi comportamiento ni lo recomiendo, pero hay que valorar también las circunstancias atenuantes: era una situación desesperada, la doctora me iba a recetar (casi seguro) lo mismo, hice el tratamiento completo de antibióticos (como se exige) y, para rematar, cuando mejoré cancelé mi cita para que la pudiera aprovechar otro ciudadano.  Además alguien podría pensar que el único delito en todo esto es que te den cita para 10 días en el médico de familia. Igual delito no, pero para sacar pecho desde luego que tampoco. Salud y alegría.

ARCHIVADO EN: HUBU, Plaza Mayor, Salud