Diario de Burgos
José María Vicente

El Rincón de...

José María Vicente


23 de abril

23/04/2024

Uno no sabe muy bien cómo afrontar el tema de hoy sabiendo que esta columna se publica en el día de la fiesta de la Comunidad. Es cierto que una buena parte de los ciudadanos de Castilla y León sienten una lejanía más o menos acusada con lo que significa el 23 de abril. Seguro que tiene que ver con que nuestra historia como comunidad no acaba de calar en la conciencia ciudadana. Carece de elementos de identidad lo suficientemente sólidos como para situarse por encima de las diferencias de criterio que unos grupos u otros puedan tener sobre esta conmemoración. Si a esta tibieza social añadimos el espectáculo que los políticos suelen montar por estas fechas sobre los actos a celebrar, su organizador, el lugar mismo de la celebración y el carácter de la misma pues no cabe esperar milagros en la concienciación de los castellanos y leoneses. Por si faltaba algún ingrediente a este guiso incierto vienen ahora una parte de los políticos leoneses con la copla de que como ellos no se sienten muy identificados con el 23 de abril quieren su propia fecha y fiesta particular. Algo así como una caseta privada leonesista en la feria de todos. Una ocurrencia más que sumar al ya disparatado panorama político cotidiano. Yo no le daría importancia si no fuera porque, salvando todas las distancias, tenemos muy recientes los resultados de las elecciones vascas y vemos lo que sucede cuando dejamos de prestar la debida atención a las cosas esenciales que nos hacen crecer como sociedad.

Por buscar las cosas positivas de esta celebración me quedo con la alegría que para los burgaleses supone que uno de los nuestros haya sido reconocido merecidísimamente con el Premio Castilla y León. René Payo nos tiene acostumbrados a sus constantes muestras de conocimiento de la cultura de Castilla y León en muchos de sus aspectos y especialmente en el de la historia del arte. Sus numerosas publicaciones sobre el tema y sus aportaciones y colaboraciones con otros investigadores que acuden a él como maestro inspirador de sus trabajos nos enriquecen a todos. Además, la generosidad y humildad de René Payo hace que seamos muchos los que tengamos el privilegio de contarnos entre sus amigos y nos beneficiemos de su afecto y magisterio. Felicidades René y felicidades a todos los castellanos y leoneses sean de donde sean y piensen lo que piensen.