Diario de Burgos

El proyecto de Naturalia despega pese a la falta de fondos

Ó.C. / Miranda
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La empresa creada por Aspodemi quiere dar respuesta a la gestión de residuos orgánicos en 16 pueblos de la mancomunidad Desfiladero Bureba. La firma lamenta el poco apoyo del Consorcio de Residuos

Jornada de formación para el personal de mantenimiento de la mancomunidad. - Foto: DB

El proyecto ambiental que impulsa Naturalia Bureba disfruta de la cara y sufre con la cruz de la moneda. La empresa creada por Aspodemi  desarrolla un plan para gestionar los residuos orgánicos en municipios de menos de 300 habitantes. Tratan de hallar una alternativa al llamado quinto contenedor y su plan se articula en base a varios focos. Hay alguno en el que avanzan de manera satisfactoria, como la recogida puerta a puerta para los vecinos mayores de 65 años en el que suman usuarios. En otra parte, atraviesan un mar de incertidumbre, como en la instalación de las composteras en 16 municipios de la mancomunidad Desfiladero Bureba, donde aplican su programa. El problema, como detalla el técnico de Naturalia, Álex García, tiene que ver con la falta de fondos para comprar y colocar estos puntos de gestión de la basura. 

«La idea era haber instalado las composteras hace tiempo y haber trabajado con ellas en toda la mancomunidad», afirma el responsable, quien lamenta que «llevamos prácticamente dos años detrás del Consorcio Provincial de Residuos, intentando que apoye el proyecto no solo de palabra, sino también con hechos, pero solo hemos conseguido largas». Hace unos meses, tanto la empresa como la mancomunidad transmitieron la necesidad de conseguir 158.000 euros para la compra de los equipos y el vehículo necesario.

Los impulsores destacan que la alternativa al quinto contenedor beneficia en primer lugar al propio Consorcio, por lo que fue la primera puerta a la que llamar. No han encontrado respuesta y García reconoce que buscan alternativas para mantener un proyecto que se financia con fondos propios y con los 300.000 euros que «logramos a través de la Fundación Cotec y que duran hasta mediados de 2025».

Llegados a ese momento tocará valor su viabilidad, aunque quieren llegar con las composteras instaladas. Para ello, el técnico de Naturalia puntualiza que «estamos mirando a ver si podemos conseguir a través de otro tipo de subvenciones la financiación necesaria». En estos momentos, optan a los fondos que reparte «el Instituto para la Transición Justa y estamos esperando para ver si podemos instalarlo al menos en los municipios incluidos dentro del área de influencia de Garoña».

Son nueve pueblos, aunque García reconoce que hay algunos que han transmitido la predisposición de asumir el gasto, para que sus vecinos empiecen a gestionar los residuos orgánicos. El técnico remarca que la población cada vez demanda más esta solución, sobre todo porque desde diciembre funciona la recogida «puerta a puerta», pero solo para los vecinos mayores de 65 años.

García indica que comenzaron con 53 usuarios y ahora llegan a 70 en ocho pueblos: Santa Gadea del Cid, Ameyugo, Cubo de Bureba, Encío, Miraveche, Santa María de Ribadedonda, Valluércanes y La Vid de Bureba. Los restantes de la mancomunidad se sumarán el próximo invierno. El puerta a puerta está dando buenos resultados y recogen «entre media y una tonelada de residuos al mes, dependiendo de las visitas que tengan», matiza García, quien remarca los beneficios, ya que conciencia a los habitantes del medio rural, pero también se atiende a personas que residen solas.

Planta Pancorbo. La tercera pata del proyecto ambiental tiene el objetivo de construir una planta de vermicompostaje en Pancorbo «enfocada a los grandes generadores como la hostelería, los negocios agroalimentarios, los estiércoles de los ganaderos locales o los propios residuos de jardinería de los municipios», aclara García, quien reconoce que la instalación no tendría una gran capacidad, aunque tampoco se pretende, ya que «está dimensionada para gestionar los residuos de la zona». Para convertirlo en realidad, cumplen los trámites ambientales de la Junta de Castilla y León, aunque el técnico de Naturalia remarca que en este capítulo solo resta una autorización de la Confederación Hidrográfica del Ebro para la captación de agua.