Diario de Burgos
Jesús de la Gándara

La columnita

Jesús de la Gándara


Cárnicas

03/07/2023

No me refiero a las empresas que procesan y venden carne. Hablo de las que trituran la vida de personas con cerebro. La ocasión es propicia porque en estas fechas suelen visitarme jóvenes que vuelven a casa por fiestas y aprovechan para consultar sus cuitas con el psiquiatra, de mala gana, cierto, pero alguien de su familia, que me conoce, le ha convencido, y luego del mal trago, se alegran. Jóvenes muy bien preparadas -reparto género- que tras estudiar carreras dificilísimas, y másteres carísimos, y pasar procesos de selección laberínticos encuentran trabajo en pequeñas empresas estelares o grandes multinacionales, que los acogen con los brazos abiertos y la cartera cerrada, y les ofrecen móvil, computer y un sillón ergonómico, para que se sienten cómodos y sientan como en casa, en su propia casa… y no hace falta que vengas, algún día, mejor trabajo online, etc. Luego los persuaden de la importancia de su misión, los seducen con la religión de la empresa, los captan como acólitos y los esclavizan. Así es cómo lentamente van soslayando los límites de horarios, de días, de festivos, de reuniones a cualquier hora, importantísimas, de tiempos extras, como el jefe, que también antes fue acólit, de que esto tiene que estar para ayer, de que lo sentimos, pero es que… es que… y ya está. Captada, integrada en el molino de triturar carne humana. Y acaban, como acaban… en mi consulta. Padecen un Trastorno adaptativo por estrés con ansiedad y depresión moderado o severo, agudo o crónico. Ellos saben que sin descanso no piensan, solo hacen, como borricos en la noria, como máquinas que en vez de tuercas producen datos, gestión, código, programas, ideas. Son carne triturada, cerebros batidos. 

Tómate una baja, les digo, y un antidepresivo, que lo necesitas… ¡uy, imposible!, no puedo dejarlos tirados… es que mi jefe también… tu jefe, dile que venga que también le doy una baja… y eso. Son cárnicas que en vez de carne trituran personas, y no exagero, y encima pagan una mierda, y el sillón es otra, que ni en eso siquiera. Algunos me hacen caso, devuelven móvil, computer y sillón, y se replantean sus vidas. Pero el daño ya está hecho, y no es baladí, pues incide en lo mejor que tenemos, nuestra juventud más preparada, y como no hagamos algo pronto, no voy a tener sitio para todas en mi consulta. Siento aguarle la fiesta, pero es que he tenido que hacer huecos extras estos días, de tanta demanda que tenía. Y la verdad, es una pena…