Diario de Burgos

Enfado por los excrementos de paloma que ensucian todo Aranda

L.N. / Aranda
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Los vecinos se quejan de que «ya hay una plaga», a la que se suman los estorninos, y que los canalones se suelen taponar por la suciedad.En el Ayuntamiento trabajan en un nuevo pliego

Los vecinos de Aranda se quejan de que «ya hay una plaga» de palomas, a la que se suman los estorninos, y que los canalones se suelen taponar por la suciedad. En el Ayuntamiento trabajan en un nuevo pliego - Foto: L.N.

De símbolo de la paz a encarnar el deterioro. Cada vez son más las quejas relacionadas con los excrementos de las palomas y los estorninos que afectan a todos los barrios de Aranda de Duero. Muchos vecinos aseguran que existe «una plaga» y que hay zonas donde sus heces causan cuantiosos daños y desperfectos tanto en edificios residenciales, como en colegios y en todo tipo de mobiliario público... cuando no caen directamente sobre los ciudadanos. 

«Este año se ha agravado mucho», lamentan desde el colegio Vera Cruz, en cuyo patio cada día 'amanecen' con una cantidad importante de excrementos de palomas. Han colocado pinchos alrededor de la cubierta y un búho para espantar a estas aves, pero nada, no hay manera. Logran anidar entre estos obstáculos y, al final, sus heces caen junto a una de las porterías de fútbol. «Ahora es una barbaridad las que hay, incluso algunos canalones han llegado a taparse (por la suciedad acumulada) y se acaban desbordando», apuntan al respecto.

Desde el colegio ya han trasladado este panorama al Ayuntamiento de la capital ribereña y agradecen la disposición de tomar medidas por parte de Medio Ambiente. De hecho, el concejal de este departamento, Carlos Medina, avanza que tienen constancia de las quejas que provocan estos animales y constata que «vienen de lejos».

Dado que el actual pliego de captura vence «dentro de poco», se encuentran trabajando para sacar uno nuevo lo antes posible. «Vamos a ver qué mejoras es posible incluir y, sobre todo, pensar medidas a futuro para contener la población porque el impacto sobre personas, edificios y fauna es fuerte», sostiene Medina.

En este sentido, agrega que en el Consistorio arandino han comprobado que se ha producido «un descenso importante de las capturas desde el año pasado» y apunta que «es posible que la aparición de las palomas torcaces, que son más grandes y agresivas, esté influyendo en la reducción de capturas, ya que expulsan a las comunes y no pueden entrar en las jaulas». Ahora bien, Medina también admite que «el problema fundamental, como en todos los contratos, es de seguimiento y la falta de personal para realizarlo». 

Hasta ahora la captura se hace con jaulas de diferentes tamaños, instaladas en distintos puntos por los tejados. Para ello, se requiere el permiso de los particulares y no todas las comunidades de vecinos aceptan. Hace un tiempo se empleó la captura con redes, pero al parecer no resultó eficaz.

El edil de Medio Ambiente apuesta complementar las opciones más tradicionales (aumentar el número de jaulas y plantear la posibilidad de emplear aves cetreras) con métodos de control alternativos como el pienso esterilizador o puntos de alimentación controlados. Eso sí, reconoce que «es complejo y costoso de instalar». A ello se suman medidas como una guía de buenas prácticas para comunidades de vecinos y propietarios. «Muchas veces hay palomas porque hay zonas comunes desatendidas o huecos en las fachadas que utilizan para anidar», expone en esta línea. 

«Un reguero». Aunque los trabajadores de la empresa adjudicataria de la limpieza se emplean a fondo, lo cierto es que las palomas y estorninos hacen de las suyas cada dos por tres. En la zona del centro cívico Virgen de las Viñas, resulta imposible sentarse en los bancos, repletos de excrementos. Tampoco los coches se libran, ni los contenedores. Hay heces por todos los sitios. De hecho, en algunos puntos apenas se ven las baldosas del suelo. 

Desde las asociaciones de vecinos ya han trasladado este panorama al concejal de Barrios, Andrés Gonzalo. Por su parte, el presidente de este colectivo en el Ferial-Bañuelos, Luis Oropesa, confía en que  se tomen medidas ya que cuando llueve con fuerza «lo primero que se crea es un reguero de excrementos de palomas».